viernes, 30 de octubre de 2009

Petición diaria

Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón para temer tu nombre.

Salmo 86:11.

Lectura diaria: Salmo 86:1-17. Versículo del día: Salmo 86:11.

ENSEÑANZA

El rey David, a pesar de las muchas pruebas por las que a diario se enfrentaba, nunca bajó la guardia en sus oraciones y clamor a Dios. Sabía muy claro que el Padre Celestial lo escuchaba y abría su corazón ante Él. Versículos 1-7. Era sincero y se mostraba tal como era. Por algo se dice de él que tenía un corazón conforme al corazón de Dios. Tal vez, porque se conocía, estaba alerta y dispuesto siempre a reconocer dos cosas: primero quién era Dios y por consiguiente le rendía adoración y exaltación; segundo, a suplicarle y llorarle para que por encima de toda dificultad, se comportara rectamente. Su confianza en el Dios Altísimo enseñado por sus antepasados le inspiraba a no decaer y seguir adelante. Debemos aprender que cuando nos lleguen circunstancias adversas y estemos pasando lapsos muy dolorosos, es el momento exacto para demostrar nuestra fidelidad e integridad ante Dios, así Satanás no aprovechará estas situaciones para desviarnos del camino. Pero como somos débiles y nuestra naturaleza carnal acecha incansablemente, tenemos que ser honestos y pedirle al Señor instrucción y consejo para mantenernos en esa integridad. Instrúyenos Señor en tu camino para conducirnos con fidelidad. Danos integridad de corazón para que nunca deshonremos tu nombre. No permitas que nuestras convicciones decaigan en tiempos de aflicción. Te lo pedimos en el dulce nombre de Jesús y dándote las gracias por escuchar nuestra oración. Amén.

Un abrazo y bendiciones.

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