viernes, 16 de octubre de 2009

Lo que se hace por conveniencia

Pilato volvió a salir. –Aquí lo tienen –dijo a los judíos–. Lo he sacado para que sepan que no lo encuentro culpable de nada.

Juan 19:4.

Lectura diaria: Juan 19:1-16. Versículo del día: Juan 19:4.

ENSEÑANZA

Miremos hasta dónde llegó Pilato sólo por conservar su puesto. Sabía claramente que ese hombre procesado y ultrajado no era culpable absolutamente de nada; sin embargo, cuando Jesús se negó a contestarle le increpó: “¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad o para mandar que te crucifiquen?” (verso10). Su ansia de poder y riqueza pudo más que el actuar correctamente. ¿Cuántas veces actuamos de la misma manera? Puede ser que por conservar un trabajo o una posición social determinada, nuestro proceder sea injusto cuando estamos en autoridad; pero también suele darse el caso de contradecir nuestros principios si el asunto es encontrándonos bajo autoridad. Sea una situación o la otra debemos aprender a ser radicales y no dejarnos engañar por trampas tendidas por el enemigo que aparentemente nos darán algo bueno, pero que en últimas pueden ser la destrucción total. “Por eso el que me puso en tus manos es culpable de un pecado más grande” (verso 11b). Con certeza no sabemos qué fue de la vida de Pilatos, unos narran que se arrepintió más tarde y se convirtió al cristianismo; otros por el contrario piensan que su condenación no tuvo escapatoria. Analicemos la lección y pongamos en práctica lo que dice Proverbios 23:23: “Adquiere la verdad y la sabiduría, la disciplina y el discernimiento, ¡y no los vendas!”.

Un abrazo y bendiciones.

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