Entonces los que habían visto lo sucedido, les contaron a los otros lo que había ocurrido con el hombre poseído por los demonios y con los cerdos; 17 y la multitud comenzó a rogarle a Jesús que se fuera y los dejara en paz.
Marcos 5:16-17. NTV.
Lectura: Marcos
5:1-20. Versículos del día: Marcos
5:16-17.
MEDITACIÓN DIARIA
La lectura nos habla del hombre que tenía una legión de demonios y el Señor lo sanó. Los demonios le suplicaron que los dejara entrar en una manada de cerdos que se estaban alimentando en una ladera cercana y el Señor les dio permiso. La manada de unos dos mil cerdos se lanzó al lago por el precipicio y se ahogó (vs. 6-13). Si los cerdos eran dos mil, imaginémonos cuántos demonios tenía el pobre hombre.
Me llama la atención ver
que la multitud le rogó a Jesús que se fuera de ese lugar y los dejara en paz.
Y es que podemos observar que actualmente también, ante hechos terribles como
los que suceden con la trata de niños, muchos personajes, sea por su posición,
por conveniencia o porque simplemente les da miedo, también prefieren decir:
‘deja las cosas así’, ‘nadie te va a poner atención’, ‘te vas a meter en
problemas mayores’, etc. etc. Si las cosas se realizan y se llevan a cabo, los
oponentes empiezan a difamar de la persona o personas que se involucraron en el
proyecto. Bueno, eso le pasó al mismo Señor Jesús; los fariseos lo tildaron de
loco, de endemoniado y de hereje porque sanaba enfermos, calmaba vientos y
tempestades; y echaba fuera demonios. Oremos porque seamos de una pieza y
pongamos a funcionar nuestra fe cuando tengamos que enfrentarnos al enemigo.
Pero no nos quedemos callados ante la corrupción y la maldad que predomina
ahora a nuestro alrededor.
Amado Señor Jesús:
te doy gracias porque sé que Tú Eres quien nos diriges a toda verdad. Tú mismo
Eres la Verdad y el enemigo no quiere que nos entrometamos en sus dominios,
levantando la voz contra los indefensos. Mi Señor, enséñanos a hablar
firmemente con valentía; llénanos con tu Santo Espíritu para que tengamos
discernimiento, dominio propio y hablemos sin temor alguno por decir la verdad
cuando necesitemos hacerlo. Muchas gracias, bendito Señor. ¡Te alabamos y te
damos toda la Honra y Gloria a Ti, que Eres la Verdad y quien la mereces!
Un abrazo y bendiciones.
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