Por tanto, para que sean borrados sus pecados, arrepiéntanse y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso de parte del Señor, enviándoles el Cristo que ya había sido preparado para ustedes, el cual es Jesús.
Hechos 3:19-20. NVI.
Lectura: Hechos 3:11-23.
Versículos del día: Hechos 3:19-20.
MEDITACIÓN DIARIA
El hombre lisiado de
nacimiento que había sido sanado en el Nombre de Jesucristo por Pedro y Juan
causó revuelo entre la gente y se aglomeraron en torno a ellos. Al ver esto,
Pedro se levantó y les habló haciéndoles entender que no eran ellos los autores
del milagro, sino Jesús de Nazaret, a quien ellos habían rechazado; “Mataron al
autor de la vida, pero Dios lo levantó de entre los muertos, y de eso nosotros
somos testigos. Por la fe en el nombre de Jesús, él ha restablecido a este
hombre a quien ustedes ven y conocen. Esta fe que viene por medio de Jesús lo
ha sanado por completo, como les consta a ustedes” (vs. 15-16). Entonces, les
insta a que se arrepientan y vuelvan a Dios por medio de Jesús. El apóstol
Pablo les reafirma esto: “¿Qué afirma entonces? ‘La palabra está cerca de ti,
la tienes en la boca y en el corazón’. Esta es la palabra de fe que predicamos:
que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que
Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo” (Romanos 10:8-9 NVI).
Esta Palabra también es
para ti. Te invito a que confieses a Jesús como Señor y Salvador de tu vida
haciendo una corta oración:
Señor Jesús: Sé que este mensaje es para mí y gracias porque ahora lo entiendo. Gracias por
morir en la cruz por todos mis pecados. Hoy confieso con mi boca y creo firmemente
en mi corazón que Dios te levantó de entre los muertos. Ven a mi vida; te
necesito Jesús; toma el control del trono que yo manejo y hazme la persona que deseas
que yo sea. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme la vida eterna Contigo.
Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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