Quizá se aparten de sus malos caminos y antes de que sea demasiado tarde le pidan al Señor que los perdone. Pues el Señor los ha amenazado con su terrible enojo.
Jeremías 36:7. NTV.
Lectura: Jeremías 36:1-26. Versículo del día: Jeremías 36:7.
MEDITACIÓN DIARIA
El profeta Jeremías solo
obedecía lo que el Señor le dictaba acerca de su pueblo, antes de que ellos
fueran a ser tomados por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Le había dictado a
Baruc todas las profecías sobre lo que les pasaría en manos de los babilonios y
le ordenó que fuera al templo a leerlas ya que él no podía ir puesto que estaba
preso. El Señor seguía deseando que ellos se arrepintieran; con anterioridad
había dicho: “Quizá los habitantes de Judá se arrepientan cuando vuelvan a
escuchar todas las cosas terribles que tengo pensadas para ellos. Entonces
perdonaré sus pecados y maldades” (v. 39). El Señor buscando la manera de
llevarlos al arrepentimiento, pero no. El rey de Judá no creyó y mandó quemar
el rollo.
Creo que este tiempo tan
difícil que estamos viviendo en algo se parece a la Judá del relato; tampoco se
cree en el Evangelio del Señor Jesucristo. Las Buenas Nuevas se quieren
predicar, pero los corazones duros no quieren escuchar el mensaje de salvación.
Tanto los gobiernos como sus habitantes tienen oídos sordos y cada día el mundo
va avanzando más a la destrucción. El mundo está en un caos total. Oremos
porque haya un avivamiento en el pueblo del Señor y el hombre en general se
arrepienta y encuentre perdón en el Señor Jesucristo.
Amado Señor Jesús:
gracias por tu Palabra que es verdad. Verdad que nos lleva a entender el gran
amor que le tienes a la humanidad. Permite buen Señor que tu Iglesia sea completamente
renovada y alimentada por esa palabra de verdad. Gracias porque Tú Eres la
Verdad y el único camino para llegar a Dios Padre. No existe otra Verdad; solo
en Ti hay salvación. Danos el denuedo para hablar este mensaje y la gente crea
en tu Palabra, se arrepienta y sus vidas sean plenamente transformadas para tu
gloria. Gracias, muchas gracias bendito Señor y Dios nuestro. ¡Te amamos Jesús!
Un abrazo y bendiciones.
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