Luego Pedro se le acercó y preguntó: —Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien[h] que peca contra mí? ¿Siete veces? —No siete veces—respondió Jesús—, sino setenta veces siete.
Mateo 18:21-22. NTV.
Lectura: Mateo
18:21-35. Versículos del día: Mateo 18:21-22.
MEDITACIÓN DIARIA
El Señor ante la pregunta
de Pedro explica muy bien la parábola del siervo despiadado que no perdonó a su
deudor metiéndolo a la cárcel, hasta que le pagara toda la deuda que era mínima
en comparación a la perdonada a él. El rey supo la situación y: “Entonces el
rey llamó al hombre al que había perdonado y le dijo: “¡Siervo malvado! Te
perdoné esa tremenda deuda porque me lo rogaste. ¿No deberías haber tenido
compasión de tu compañero así como yo tuve compasión de ti? (vs. 32-33). ¿Qué
le espera a la persona que no perdona? “Entonces el rey, enojado, envió al
hombre a la prisión para que lo torturaran hasta que pagara toda la deuda. Eso
es lo que les hará mi Padre celestial a ustedes si se niegan a perdonar de
corazón a sus hermanos” (vs. 34-35).
Es que cuando hacemos la
oración del Padre Nuestro, que fue la enseñada directamente por Jesús, poca
atención le ponemos a la parte que dice: “Perdónanos nuestras deudas, como
también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores” (Mateo 6:12 NVI). Incluso
otras versiones lo dicen más clarito: “y perdónanos nuestros pecados, así como
hemos perdonado a los que pecan contra nosotros”. Pero no; tal pareciera que
esa parte no estuviera porque se hace caso omiso de ella. Recuerdo una ocasión
donde le decía a alguien al respecto y su respuesta fue: ‘yo, esa parte no la
digo’. ¡Es muy difícil engañar a Dios! Él no es como nosotros. Así que en
conclusión es muy, pero muy importante perdonar para ser
perdonados.
Padre Celestial:
tu Palabra habla muy claro sobre el perdonar a quien nos ha ofendido hasta setenta
veces siete. Por favor pon en el corazón de todo el que esté leyendo este devocional,
la decisión firme de perdonar tal como Tú lo haces con cada uno de nosotros. Yo
sé, mi Dios que no es fácil, pero te rogamos que seas Tú mismo a través de tu
Santo Espíritu haciéndolo ya que no lo podemos hacer en nuestras propias
fuerzas. Gracias por la sanidad que nos darás al perdonar y sentirnos
perdonados porque nos deshacemos de esa carga. Te oramos Papito Dios en el
Nombre que es sobre todo Nombre, en el Nombre de tu Hijo Jesús y con el poder
de tu Santo Espíritu, amén.
Un abrazo y bendiciones.
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