miércoles, 3 de agosto de 2022

El Señor da perdón y restauración

¡Escuchen! El brazo del Señor no es demasiado débil para no salvarlos, ni su oído demasiado sordo para no oír su clamor. 

Isaías. 59:1. NTV.


Lectura: Isaías 59:1-21.  Versículo del día: Isaías 59:1.


MEDITACIÓN DIARIA


¡Qué capítulo tan hermoso de Isaías! El Señor habla sobre Israel su pueblo, pero pareciese que fuese para los gentiles en este tiempo. Sí; todo lo descrito es tal como lo que estamos viviendo a nivel mundial actualmente. Miremos algunos versículos:

“Son sus pecados los que los han separado de Dios” (v. 2). Sus manos son manos de asesinos; sus labios, llenos de mentiras y su boca vomita corrupción (v. 3). “Todo lo que hacen está lleno de pecado, y la violencia es su sello característico”; “Sus pies corren para hacer lo malo… Solo piensan en pecar” (vv. 6 y 7). Así es; el pecado ronda hoy de la misma manera que sucedió con Israel. Sin embargo, el Señor viene en rescate. “¡Escuchen! El brazo del Señor no es demasiado débil para no salvarlos, ni su oído demasiado sordo para no oír su clamor”. “Buscamos la justicia, pero nunca llega; buscamos el rescate, pero está muy lejos de nosotros. Pues nuestros pecados se han acumulado ante Dios. Así es, sabemos muy bien lo pecadores que somos (vv. 11-12).

Pero la misericordia del Señor no se hace esperar. Su fidelidad jamás se agota: “El Redentor vendrá a Jerusalén para rescatar en Israel a los que se hayan apartado de sus pecados, dice el Señor. Y este es mi pacto con ellos—dice el Señor—. Mi Espíritu no los dejará, ni tampoco estas palabras que les he dado. Estarán en sus labios y en los labios de sus hijos, y de los hijos de sus hijos, para siempre. ¡Yo, el Señor, he hablado!” (vv. 20-21). Promesa que es también para su Iglesia y esta promesa nos debe de animar; promesa que va para nuestros hijos y nietos.


Amado Señor: También reconocemos que vivimos en un mundo caótico en donde sólo se piensa en pecar y no se te tiene ningún temor. Tu pueblo se ha desviado y simplemente busca una religiosidad, pero no exactamente a Ti. Pero gracias, muchas gracias mi Señor porque igual vienes en rescate de los alejados, de los perdidos y aun de todos nosotros que no sabemos responderte como lo mereces. Gracias mi Redentor y Señor por venir a rescatarnos.


Un abrazo y bendiciones.

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