sábado, 20 de agosto de 2022

Un nuevo pacto confirmado con la sangre de Jesús

 Después de la cena, tomó en sus manos otra copa de vino y dijo: ‘Esta copa es el nuevo pacto entre Dios y su pueblo, un acuerdo confirmado con mi sangre, la cual es derramada como sacrificio por ustedes. 

Lucas 22:20. NTV.


Lectura: Lucas 22:1-30.  Versículo del día: Lucas 22:20.


MEDITACIÓN DIARIA


¡La copa del nuevo pacto! Quizá muchos pasan por encima de este versículo sin ponerle la debida atención. Muy claro lo dijo el Señor Jesús: ‘nuevo pacto’. ¿Y por qué nuevo pacto? Bien escrito está: un acuerdo confirmado con su propia sangre. Nuevo Pacto que permite restablecer la relación entre el hombre pecador y Dios Santísimo. Jesús se convierte en ese puente para llegar a Dios ya que la relación entre Él y la humanidad se rompió desde el momento en que Adán y Eva le desobedecieron en el Edén. Y desde ese momento Dios prometió un Salvador y lo cumplió mandando a su Hijo Jesús a morir en nuestro lugar: “Pero Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8 NBLA). Todo lo hizo por amor: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, sino que tenga vida eterna” (Juan 3:16 NBLA).  Un nuevo pacto donde hay cabida para todo aquel que reconozca ese sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario. Nuevo pacto que significa gracia, regalo, don: “Dios los salvó por su gracia cuando creyeron. Ustedes no tienen ningún mérito en eso; es un regalo de Dios. La salvación no es un premio por las cosas buenas que hayamos hecho, así que ninguno de nosotros puede jactarse de ser salvo” (Efesios 2:8-9 NTV).

Un nuevo pacto donde la ley no se puede enseñorear porque si le dices a Jesús que tome tu vida vas a caminar sobre su bendita gracia. Una gracia inmerecida, pero, ¡Qué bien hecho para la humanidad! Te pregunto: ¿Quieres acogerte a ese Nuevo Pacto? Entonces, no lo dudes; oremos:


Señor Jesús: hoy entiendo que viniste a morir en mi lugar. Yo te necesito; toma mi vida, te la entrego para que vengas a morar conmigo y seas mi Señor y Salvador. Perdona mis pecados y hazme de acuerdo a tu Santa voluntad. Gracias por perdonarme, limpiarme y darme el regalo de la salvación. En tu bendito Nombre Jesús, amén.


Un abrazo y bendiciones.

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