miércoles, 6 de enero de 2021

El propósito de Dios nos exige obediencia

Entonces clamaron al Señor: Oh Señor, tú haces lo que quieres. No nos hagas perecer por quitarle la vida a este hombre, ni nos hagas responsables de la muerte de un inocente. Así que tomaron a Jonás y lo lanzaron al agua, y la furia del mar se aplacó. 

Jonás 1:14-15. NVI.


Lectura: Jonás 1:1-17.  Versículos del día: Jonás 1:14-15.


MEDITACIÓN DIARIA


Jonás fue enviado por el Señor a Nínive para anunciarles de su maldad, pero él no hizo caso y se embarcó hacia Tarsis. Por desobedecer el Señor desencadenó una fuerte tormenta y los marineros empezaron a rogarle cada uno a su dios. Como no pasaba echaron suertes a ver quién era el culpable y la suerte cayó en Jonás. Al preguntarle al respecto Jonás respondió: “Soy hebreo y temo al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme —les respondió” (v 9). Al escuchar esta declaración los marineros se asustaron más y resolvieron echarlo al mar y el mar se calmó. Jonás pasó tres días y tres noches en el vientre de un gran pez (vv. 1-17).

Bien podemos darnos cuenta que pase lo que pase, Dios cumple su propósito en nosotros. Jonás no pudo salirse con la suya de no ir a donde se le había ordenado. Pasó muy seguramente un mal rato y gran susto con la tripulación del barco y los pasajeros por su falta de responsabilidad. Así que tuvo que enfrentar posiblemente regaños, insultos y sentirse culpable por la vida de todos los viajeros. Su tal vez egoísmo o prepotencia, le hicieron creer que Dios no se daría cuenta. Pero Dios no se queda quieto cuando nos quiere utilizar y ha fijado la mirada en los suyos. Así que Jonás tuvo que afrontar las consecuencias de su altivez. Aprendamos la lección y seamos sensibles a la voz del Señor para cumplir su voluntad.


Amado Señor: también en ocasiones hemos desobedecido y actuado igual que Jonás. Te pedimos perdón por ello y te rogamos que cumplas en cada uno, tu propósito. Bien sabemos que la obra que has empezado la concluirás. Pon en nosotros un espíritu obediente y que seamos diligentes ante tus disposiciones. Gracias, muchas gracias por escucharnos buen Señor.


Un abrazo y bendiciones.

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