martes, 26 de enero de 2021

Dios tocando nuevamente mi orgullo

Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado. 

Romanos 12:3. NVI.


Lectura: Romanos 12:1-8.  Versículo del día: Romanos 12:3.


MEDITACIÓN DIARIA


Considero que el Espíritu Santo iluminó a Pablo para dar este consejo, porque en su infinita sabiduría sabía lo destructible que es para el prójimo cuando una persona se cree que está por encima de las demás. Definitivamente es Dios volviendo a tocar el orgullo que tanto daño hace. Y siendo sincera tengo que reconocer que últimamente vienen a mi mente pensamientos que me hacen reaccionar de manera asombrosa incluso para mí. Mi madre y familia tuvieron una imagen de terriblemente orgullosas y lo que me está pasando es como si fuera el reflejo de todas esas críticas. Cuando me dicen o imponen algo que no es; dentro de mí surge una rebelión aflorando sentimientos de rabia, menosprecio e incluso altanería y quisiera enfrentarme a quien sea para gritarle que no estoy de acuerdo con sus ideas y actuaciones.

Sin embargo, he podido ver a Dios actuando aun en estas circunstancias. He ido hacia alguien dispuesta a pelear y mientras caminaba al lugar, perfectamente escuché la voz de Dios reprendiéndome por lo que pensaba hablar y al llegar al sitio, mis palabras fueron totalmente diferentes. Fui comprensiva, lógica y calmada y el resultado fue que dicha persona se apareció en mi apartamento a devolverme lo perdido sin habérselo yo insinuado. Sé que todavía me falta bastante para controlar mis impulsos desafiantes, pero sé que mi buen Señor me guiará y me detendrá para que siga demostrando amor, ternura y comprensión en vez de peleas y discusión.

Dios me ha mostrado que todos esos actos tienen que ver con el orgullo y el pensamiento aquel tan tonto que tal vez sin querer resuena como: ‘no tienes por qué dejarte’, ‘habla y sienta tu posición, tú tienes la razón’. Y puedo yo tener la razón, pero si me descontrolo no estoy demostrando ninguna clase de amor y eso no es lo que Dios me pide. El versículo anterior da la clave: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (v. 2). Antes de actuar debemos llegar a Dios para que nuestros pensamientos sean renovados y de esta manera comprobar que su voluntad es buena, agradable y perfecta mientras que la nuestra, no va por el camino recto.


Amado Señor: perdóname porque hoy reconozco que no estoy dando de tu amor cuando mi corazón se rebela y quiero discutir con todo el que se me atraviesa. Quita de mi corazón toda rebeldía y altivez.  Recibo tu perdón y te doy gracias por la enseñanza que me dejas de ser tolerante, consecuente y humilde. Señor, quiero ser dócil a tu Palabra y amoldarme a la que es tu voluntad, no a la mía. Gracias, muchas gracias bendito Señor.


Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: