jueves, 14 de enero de 2021

Confesando y creyendo

Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 

Romanos 10:8-9. NVI.


Lectura: Romanos 10:1-13.  Versículos del día: Romanos 10:8-9.


MEDITACIÓN DIARIA


Muchas veces no se logra entender lo que Dios quiere de la humanidad. Se cree que para ser cristiano hay que hacer muchísimas cosas que lo agraden, sin entender que Dios no quiere nada de parte de nosotros para llegar a Él. Y es que no somos llegando a Dios; es Dios llegando al hombre a través de su Hijo Jesús. Así que no es por ser buenos, por hacer buenas obras, por filosofías o religiones. Nada de eso sirve; nada es necesario. “¿Qué afirma entonces? La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón” (v. 8). ¿Cuál palabra? La palabra de fe que nos predicaron los apóstoles; la que nos dejó Pablo y que es la misma que difundimos todos los que ya la hemos confesado: “que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo”, Intervienen boca y corazón: lo que dices y lo que sientes: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (v. 10); y además afirma: “Todo el que confíe en él no será jamás defraudado” (v. 11).

Nadie que en verdad haya confesado a Jesús como Señor y Salvador de su vida puede decir que se ha sentido engañado o desilusionado. Nadie, porque Cristo es la vida, es el camino, es la verdad; y esta verdad nos da libertad.

Tal vez hoy es el día en que Dios viene a ti para que tomes el puente que es Jesucristo y llegues hasta Él. Te invito a confesarlo así:


Señor Jesús: hoy confieso con mi boca que Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado. Te acepto como mi Señor y Salvador personal y creo que viniste al mundo para llevar mis pecados y darme una vida eterna a tu lado. Toma mi vida Señor. Te doy gracias por perdonarme y limpiarme. Haz de mí, la persona que deseas que yo sea. Amén.


Un abrazo y bendiciones.    

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