El juicio que lleva a la condenación fue resultado de un solo pecado, pero la dádiva que lleva a la justificación tiene que ver con una multitud de transgresiones.
Romanos 5:16b. NVI.
Lectura: Romanos
5:12-21. Versículo del día: Romanos
5:16b.
MEDITACIÓN DIARIA
Por la desobediencia de
Adán, entró el pecado al mundo y como consecuencia entró la muerte. Y como todos hemos pecado, todos tenemos que
morir y por culpa de Adán muchos murieron. Pero Dios nos ha dado un regalo
maravilloso a través de su Hijo Jesucristo para bien de toda la humanidad.
Ahora tenemos un regalo inmerecido. El pecado de Adán llevó a la condenación,
mientras el regalo de Cristo nos lleva a la justificación ante los ojos de Dios,
aunque no lo merezcamos. Adán llevó muerte y Cristo Jesús vida. Precisamente,
eso es lo hermoso del regalo de la gracia. Siendo pecadores, Cristo vino a
salvarnos y a morir por nosotros. No hicimos nada para alcanzarlo; solamente ha
sido bondad de nuestro Dios para darnos vida eterna.
No entiendo como los
hombres pueden eludir un regalo tan maravilloso. Lo único que hay que hacer es
creer en Jesucristo como Señor y Salvador personal. Hoy te hablo a ti, permite que
la maravillosa gracia de Dios, te ponga en relación correcta con Él y como resultado
tengas la vida eterna por medio de Jesús nuestro Señor. Te invito a orar:
Señor Jesús: reconozco
que soy pecador y que ese mismo pecado no me hacía entender en dónde estaba
parado. Hoy mis ojos se esclarecen y puedo comprender que viniste a llevar bajo
tu cuerpo todo el peso de mi pecado. ¡Perdóname! Te entrego mi vida para que
seas mi Señor y Salvador personal. Soy consciente de que moriste por mí en una
cruenta cruz para mi justificación y que Dios Padre te levantó de entre los
muertos para que también tuviera una vida eterna a tu lado. Gracias, muchas
gracias por ese regalo inmerecido bendito Señor. Amén.
Un abrazo y bendiciones.
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