martes, 24 de noviembre de 2020

Voltea los ojos a Jesús, rasga tu corazón ante Él

Rásguense el corazón y no las vestiduras. Vuélvanse al Señor su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y lleno de amor, cambia de parecer y no castiga. 

Joel 2:13. NVI.


Lectura: Joel 2:12-17.  Versículo del día: Joel 2:13.


MEDITACIÓN DIARIA


No sé, pero no es idea mía; quizá el Espíritu Santo me está guiando y abriendo los ojos para que en general, muy seguido, mis devocionales se encaminan a compartir del Señor. Así es; Dios en su infinita misericordia sigue haciendo un llamado al hombre pecador (digo hombre en término general, masculino y femenino), sí, sí. Es el mismo Señor llamando para que tanto hombres como mujeres se conviertan. Hay que dejar que el Espíritu Santo toque y transforme los corazones de piedra por corazones de carne al punto tal, que esos corazones se rasguen y se renueven. Hay que entregar cada vida al Señor Jesús. Al hacerlo se está aceptando lo que el Señor Jesucristo vino a hacer por cada uno de nosotros. Es tan grande su amor y bondad; su misericordia que jamás se agota está lista para ofrecerla a quien lo quiera aceptar.

El Señor cambiará entonces, el lamento en gozo; el llanto en risa. Su amor incomparable se vuelve hacia los suyos y es un amor que nunca cambia; siempre será el mismo. Ya se tiene la entrada al cielo, a nuestro propio hogar celestial. ¡Gloria a Dios! Si supiéramos la grandeza de Dios al escogernos para su reino, seguramente nunca le desobedeceríamos. Si entendiéramos su amor, nos desbordaríamos a Él con todo el amor terrenal que le podríamos dar.

Nuestra patria nos espera, el cielo está abierto para todo aquel que en Él cree. No lo dudes más. Voltea los ojos a Jesús de Nazaret; rasga tu corazón ante Él. Jesús está esperando por ti.


Amado Jesús: tal vez no alcanzamos a dimensionar el gran amor que nos tienes. Moriste por nuestras transgresiones para que pudiéramos entrar al cielo y darnos una vida eterna a tu lado. Gracias bendito Señor; no merecemos tanto amor derramado. Gracias porque has escrito nuestro nombre en el Libro de la Vida. Gracias, muchas gracias bendito Jesús.


Un abrazo y bendiciones.

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