¿Cómo podría yo entregarte, Efraín? ¿Cómo podría abandonarte, Israel? ¡Yo no podría entregarte como entregué a Admá! ¡Yo no podría abandonarte como a Zeboyín! Dentro de mí, el corazón me da vuelcos, y se me conmueven las entrañas”,
Oseas 11:8. NVI.
Lectura: Oseas 11:1-11. Versículo del día: Oseas11:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Yo creo, que eso es exactamente
lo que el Señor piensa y actúa con cada uno de nosotros, cuando por más que
vemos sus maravillas no le estamos siguiendo o nos encontramos renegando de Él.
No nos acordamos cuánto nos ha amado ni cuánto ha hecho por nosotros. “Desde
que Israel era niño, yo lo amé”; “Yo fui quien enseñó a caminar a Efraín; yo
fui quien lo tomó de la mano. Pero él no quiso reconocer que era yo quien lo
sanaba” (v. 3). ¡Oh Dios! Exactamente, nos has ido llevando de tu mano para que
aprendiéramos a caminar Contigo y no desviarnos. Al comienzo nos dejamos guiar,
pero a medida que pasan los años, creemos saberlo todo y empezamos a sondear
otros caminos y a olvidarnos de tanto amor derramado. Por lo menos yo: ¡Cuánto
bien ha hecho el buen Señor sobre mi vida y no lo he reconocido como debería de
hacerlo! “Lo atraje con cuerdas de ternura, lo atraje con lazos de amor. Le
quité de la cerviz el yugo, y con ternura me acerqué para alimentarlo” (v. 4). ¿Qué
más podemos pedir? ¿Por qué somos tan desagradecidos y olvidadizos?
Amado Señor: no
tenemos cómo darte las gracias por tanto bien recibido. Tanto nos amas que
hasta sufres cada vez que no hacemos lo correcto y, sin embargo, tus entrañas y
corazón se conmueven. Buen Señor, haznos reflexionar sobre todo lo que hemos
recibido de tu parte. Pon un espíritu obediente para que hagamos tu santa voluntad
y podamos saltar de gozo e ir a pregonar ante el mundo que Eres un Dios
amoroso, fiel y perdonador. Gracias, gracias por tanto amor recibido.
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario