jueves, 4 de junio de 2020

Fe es creer sin ver resultados


—¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás. —Porque me has visto, has creído —le dijo Jesús; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. 
Juan 20:28-29. NVI.

Lectura: Juan 20:19-32.  Versículos del día: Juan 20:28-29.

MEDITACIÓN DIARIA

 Tomás no estaba con los discípulos cuando Jesús se les apareció después de su resurrección y fue incrédulo y los discípulos le dijeron: “¡Hemos visto al Señor! —Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré —repuso Tomás” (v. 25). Una semana más tarde volvió el Señor a visitarlos y ya estaba Tomás con ellos. “Luego le dijo a Tomás: —Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe” (v. 27). Ante esto fue que respondió Tomás: “—¡Señor mío y Dios mío!”. ¡Cuántos hay como Tomás! Son muchos a los que les cuesta creer que en pleno siglo XXI, el Señor esté todavía efectuando milagros. Es más, los hay que incluso predican la no divinidad de Cristo y decir esto es una completa blasfemia. En agosto del año 2012, por segunda vez, el Señor me sacó de mi lecho de muerte; y en diciembre de ese mismo año lo hizo con mi primo-consuegro a quien se le reventó la aorta y clínicamente estuvo muerto. Fueron dos milagros impresionantes con los que muchos de la familia pudieron comprobar la grandeza de nuestro Dios y evidenciar que Él todavía realiza milagros.
No dejes que Satanás te llene la cabeza de basura; recuerda que es el padre de la mentira y su tarea es engañar para alejar a los que más pueda de la fe verdadera. Mi oración es que estés dispuesto como Tomás a exclamar por su grandeza y poder: “Señor mío y Dios mío”, así el Señor no manifieste ningún milagro en tu vida, porque eso es fe.

Amado Señor Jesús: nos consideramos dichosos porque sin ver, hemos creído en Ti. Creemos que Eres el Hijo de Dios muerto y resucitado por todos nosotros. Señor, aumenta nuestra fe, para aprender y acrecentar cada día más tu fidelidad y misericordia. Reconocemos que Eres el Señor de señores y el Rey de reyes y necesitamos de Ti. Gracias por venir a nuestras vidas y hacernos partícipes de tu reino celestial. ¡Te adoramos bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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