Entonces vino la palabra del Señor a Jeremías: Yo soy el Señor, Dios de toda la humanidad. ¿Hay algo imposible para mí?
Jeremías 32:26-27. NVI.
Lectura: Jeremías
32:26-44. Versículos del día: Jeremías
32:26-27.
MEDITACIÓN DIARIA
Esta es la Palabra del
Señor a Jeremías, cuando Jerusalén fue invadida por los babilonios. Dios es
soberano y puede actuar como le parezca así no lo entendamos. Lo hermoso de
todo esto es que, así como el pueblo judío fue deportado, también volvería a ser
levantado en su ciudad. Y hay, una promesa para ellos que, sin lugar a duda
alguna puede ser asimismo para nosotros por la situación que estamos viviendo: “Me
regocijaré en favorecerlos, y con todo mi corazón y con toda mi alma los
plantaré firmemente en esta tierra” (v. 41). A veces pareciera que en medio de
crisis el Señor se apartara de nosotros, pero no es así. No hay nada imposible
para Él y a nuestro buen Dios, esto que está afrontando la humanidad no le ha
sido indiferente.
No importa lo que estemos
viendo ahora. Miremos con ojos espirituales las promesas de Dios y sigamos
adelante. Busquémoslo con más ahínco porque el Señor se regocijará en
bendecirnos.
Buen Señor: te
damos gracias porque el bien que nos has prometido se extiende hacia toda esta
tierra que ahora está caída y maltratada. Gracias porque Tú Eres un Dios
Salvador, Sanador y Proveedor. Confiamos en Ti porque tus promesas son sí y
amén. Gracias bendito Señor.
Un abrazo y bendiciones.
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