viernes, 26 de junio de 2020

¡A Él sea la gloria, honra y honor por siempre!


El Señor me librará de todo mal y me preservará para su reino celestial. A él sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. 
2 Timoteo 4:18. NVI.

Lectura: 2 Timoteo 4:9-18.  Versículo del día: 2 Timoteo 4:18.

MEDITACIÓN DIARIA

El apóstol Pablo se está despidiendo de su querido hijo espiritual Timoteo, y a pesar de estar encadenado y sabiendo que ya estaba cerca el tiempo de ser ofrecido como un sacrificio (2 Timoteo 4:6), tiene bien cimentada su fe y su firmeza en Jesús su Salvador, en quien ha creído y por quien ha padecido. Pablo no tenía en cuenta los altibajos presentados durante su ministerio, ni el creer que ya había alcanzado la perfección, porque conocía muy bien sus debilidades.  Siempre tenía puesta su mirada hacia adelante, olvidando lo de atrás y esforzándose por seguir hacia la meta celestial (Filipenses 3:12-14).
Muy buena actitud la de Pablo. Deberíamos seguir su ejemplo y entender que, si nos vamos ya de este mundo, vamos con el Señor; y si nos quedamos es porque es su voluntad tenernos aquí. Estamos en sus manos y suceda lo que suceda, Él nos cuidará y protegerá de todo ataque maligno hasta que nos lleve a su reino celestial.

Amado Jesús: enséñanos a ser fuertes y a tener la armadura tuya para saber resistir al enemigo. Haznos perseverantes en la oración y que esta sea nuestra arma principal en todo momento para no caer en tentación y para fortalecernos en medio de los dardos que continuamente recibimos. Te damos gracias por estar siempre pendiente de nuestras vidas y cuidarnos tanto. Gracias bendito Señor porque a Ti, no se te olvida el más mínimo detalle. ¡Toda la honra y gloria son para Ti! ¡Aleluya a tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

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