Dichoso aquel a quien tú, Señor, corriges; aquel a quien instruyes en tu ley, para que enfrente tranquilo los días de aflicción.
Salmo 94:12-13. NVI.
Lectura: Salmo 94:1-23. Versículos del día: Salmo 94:12-13.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Ay, La
corrección del Señor! Fácil no es. De hecho, es más dura que cualquier otra de
hombres. Pero Él como buen Padre que es, nos disciplina y a la vez nos instruye
a través de su Palabra con un propósito: enfrentar tranquilos los días de
aflicción. No hay por qué temerle a la disciplina: “Acepten ustedes la
corrección, que es señal de que Dios los trata como a hijos. ¿Hay, en efecto,
algún padre que no corrija a su hijo?” (Hebreos 12:7. BLPH). Y el apóstol Pablo
hablándonos de las pruebas o dificultades nos dice lo siguiente: “Es más, hasta
de las dificultades nos sentimos orgullosos, porque sabemos que la dificultad
produce constancia, la constancia produce una virtud a toda prueba, y una
virtud así es fuente de esperanza. Una esperanza que no decepciona, porque al
darnos el Espíritu Santo, Dios nos ha inundado con su amor el corazón” (Romanos
5:3-5 BLPH). Santiago en su Carta nos lo reafirma: “Alégrense profundamente,
hermanos míos, cuando se sientan cercados por toda clase de dificultades. Es
señal de que su fe, al pasar por el crisol de la prueba, está dando frutos de
perseverancia” (Santiago 1:2-3 BLPH).
Así que ya sabemos: si estamos afrontando diferentes
dificultades es porque somos ricamente bendecidos y amados. Empapémonos de su
Palabra para que entendamos la abundante gracia al derramar en nosotros su
Santo Espíritu, para que a pesar de esas dificultades nos llene Papá Dios el
corazón con su amor. De este modo podemos encontrar un oasis en medio del
desierto.
Amado Papito: Aceptamos tu Palabra que nos instruye y
valoramos tu disciplina porque es una muestra de tu gran amor hacia nosotros.
Enséñanos a regocijarnos en la adversidad sabiendo que Tú estás en medio
trayéndonos el gozo de tu Santo Espíritu y el fruto completo de tu amor
inigualable. ¡Gracias, muchas gracias Bendito Dios!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario