sábado, 17 de noviembre de 2018

Adoremos a nuestro Rey y Señor


¡El Señor es rey! ¡Regocíjese la tierra! ¡Alégrense las costas más remotas! 
Salmo 97:1 NVI.

Lectura: Salmo 97:1-12.  Versículo del día: Salmo 97:1.

MEDITACIÓN DIARIA

¡El Señor es Rey! Los cristianos lo sabemos muy bien. Su creación entera se regocija y le alaba. Él es Soberano sobre montes y mares; la tierra se estremece bajo los destellos del relámpago y ante Él, las montañas se derriten (vv. 4-6). Ningún otro dios puede hacer las maravillas que solamente nuestro Dios realiza. Por eso, nos corresponde exaltarlo y darle el honor que se merece. “Porque tú eres el Señor Altísimo, por encima de toda la tierra. ¡Tú estás muy por encima de todos los dioses!” (v. 9). Sí, podemos ufanarnos de tener al verdadero Rey; al que es Rey de reyes y Señor de señores: Jesucristo, el Soberano de los reyes de la tierra (Apocalipsis 1:5).
Meditemos: si se regocija la tierra con su Rey, ¿por qué no hacerlo nosotros que somos hechura suya? Tenemos la capacidad de gritarlo, de cantarlo, de proclamarlo, de enaltecerlo, y nos quedamos callados. “Alégrense en el Señor, ustedes los justos, y alaben su santo nombre” (v. 9 en la lectura). A nosotros, los justificados por su sangre derramada nos concierne adorarlo totalmente. Adorarlo en espíritu y en verdad.

Adoremos a nuestro Rey y Señor, tal como está escrito en 1 Timoteo 6: “Al único y bendito Soberano, Rey de reyes y Señor de señores, al único inmortal, que vive en luz inaccesible, a quien nadie ha visto ni puede ver, a él sea el honor y el poder eternamente. Amén”.

Un abrazo y bendiciones.

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