El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes.
Deuteronomio 31:8 NVI.
Lectura: Deuteronomio 31:1-8. Versículo del día: Deuteronomio 31:8.
MEDITACIÓN DIARIA
Son las palabras de Moisés para Josué, al entregarle
el liderazgo del pueblo de Israel para cruzar el Jordán y llevarlos hacia la
tierra prometida. Muy parecidas a las palabras que el Señor Jesús nos dejó a
todos: “Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles
a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con
ustedes siempre, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19-20). El Señor Jesús nos
manda a hacer discípulos; o sea, nos entrega el liderazgo de su Iglesia y si lo
hacemos, nos asegura que siempre estará con nosotros. ¡Qué bonito! El Espíritu
Santo me está enseñando a encontrar verdades que antes pasaba por encima.
Pablo nos lo reafirma así: “Pero tenemos este tesoro
en vasijas de barro para que se vea que tan sublime poder viene de Dios y no de
nosotros. Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no
desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos.
Dondequiera que vamos, siempre llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús,
para que también su vida se manifieste en nuestro cuerpo” (2 Corintios 4:7-10).
Y es el Señor mismo quien marchará al frente: jamás nos
dejará ni nos abandonará; tenemos que no desanimarnos porque también hay una
tierra prometida.
Amado Señor: nuevamente muchas gracias por tu Palabra,
porque la suma de ella es verdad. Gracias porque sabemos que irás al frente y
que jamás nos dejarás. No permitas buen Dios que nuestro ánimo decline. Al
contrario, que cada día estemos más gozosos sabiendo que se va acercando el
tiempo de su cumplimiento. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!
Un abrazo y bendiciones.
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