Entonces llamó a la multitud y a sus discípulos. —Si alguien quiere ser mi discípulo —les dijo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz y me siga.
Marcos 8:34.
Lectura: Marcos 8:31-38. Versículos del día: Marcos 8:34.
MEDITACIÓN DIARIA
El tomar la cruz no significa lo que muchos dicen ante
una enfermedad, un trabajo agotador o una mala relación, por ejemplo. No es
llevar una carga, para eso el Señor ya la llevó. El cristiano debe ver la cruz
como el símbolo que nos une directamente con Dios. En ella se refleja todo el
amor derramado hacia una humanidad caída y perdida. Viéndolo desde este punto,
considero que el negarse a sí mismo tiene que ver con el amor. El Señor nos
demanda amor hacia Él y amor hacia el prójimo: “Ama al Señor tu Dios con todo
tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas El
segundo es: Ama a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más
importante que estos” (Marcos 12:30-31). Difícil, sí. Aparentemente es sencillo
cuando lo tomamos a la ligera, pero cuando el Señor nos exige más allá, cuando
nos saca del confort en el que a veces nos dormimos, no es para nada fácil.
Quizá pensamos que amar al Señor es fácil, que es más difícil amar al prójimo y
tal vez sí, pero, “el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede amar
a Dios, a quien no ha visto” (1 Juan 4:20). El mismo Señor Jesús dijo: “Este
mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he
amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. De este modo todos
sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros” (Juan
13:34-35). “Si alguien quiere ser mi discípulo” dijo el Señor (versículo del
día); y “De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos
a los otros”. Amor, amor, y solo amor. ¡Cuánta falta nos hace!
Personalmente creía que me era muy fácil amar, hasta
cuando Dios permitió algo que cambió totalmente mi percepción de lo que es el
verdadero amor. Nuestro verdadero compromiso de tomar su cruz y seguirlo se va
a notar en el amor con el que enfrente las dificultades. ¡Es que el amor tiene
que ver con tanto! En especial, diría yo, con el perdón, con la entrega, con las
actitudes, con las palabras y hasta con la reprensión. El amor debe ser el
distintivo del cristiano (1 Corintios 13). La cruz lleva dos palos: vertical y
horizontal. La vertical, nos lleva hacia el amor a Dios y la horizontal, hacia
el amor al prójimo. ¿Hasta dónde puedes tomar esa cruz de amor?
Amado Señor: Todo lo hiciste por amor. Por tu amor nos
buscaste, nos encontraste, nos perdonaste, nos vivificaste y nos restauraste.
Gracias bendito Dios por tanto amor otorgado. Enséñanos a devolver esa dosis de
amor en las personas que nos rodean así no sean de nuestro agrado, nos hallan
herido o maltratado, así creamos que no merecen nuestro amor. Tampoco nosotros
merecíamos el tuyo y nos lo diste como regalo. Queremos seguir tu ejemplo y que
el mundo nos vea diferentes para la honra y gloria Tuya.
Un abrazo y bendiciones.
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