El Señor nuestro Dios afirma que no solo hace su pacto y su juramento con los que ahora estamos en su presencia, sino también con los que todavía no se encuentran entre nosotros.
Deuteronomio 29:14-15. NVI.
Lectura: Deuteronomio 29:1-29. Versículos del día: Deuteronomio 29:14-15.
MEDITACIÓN DIARIA
La promesa de un pacto en el que estaba incluido
Abraham y por él, todos nosotros. Más adelante, Pedro le recuerda a la multitud
que lo escuchaba cuando el Espíritu Santo descendió en Pentecostés lo
siguiente: “Arrepiéntase y bautícese cada uno de ustedes en el nombre de
Jesucristo para perdón de sus pecados —les contestó Pedro—, y recibirán el don
del Espíritu Santo. En efecto, la promesa es para ustedes, para sus hijos y
para todos los extranjeros, es decir, para todos aquellos a quienes el Señor
nuestro Dios quiera llamar” (Hechos 2:38-39). Ahí se cumplió lo que Moisés le
repitió al pueblo de Israel.
Tú y yo estamos incluidos en ese pacto porque en
Abraham somos ramas injertadas (Romanos 11:17). Además: “Así fue con Abraham:
Le creyó a Dios, y esto se le tomó en cuenta como justicia. Por lo tanto, sepan
que los descendientes de Abraham son aquellos que viven por la fe” (Gálatas
3:6-7); “Así sucedió, para que, por medio de Cristo Jesús, la bendición
prometida a Abraham llegara a las naciones, y para que por la fe recibiéramos
el Espíritu según la promesa” (Gálatas 3:14).
Amado Dios: Gracias por tenernos en cuenta desde
siempre. Gracias porque cumples tu Palabra. Confiamos en Ti buen Señor; creemos
en tus pactos y en tus promesas. Gracias porque derramas también tu Santo
Espíritu sobre cada uno de nosotros que por la fe en Jesucristo recibimos la
bendición prometida a Abraham. ¡Eres un Dios Fiel y te adoramos!
Un abrazo y bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario