Allí, en la presencia del Señor su Dios, ustedes y sus familias comerán y se regocijarán por los logros de su trabajo, porque el Señor su Dios los habrá bendecido.
Deuteronomio 12:7.
Lectura: Deuteronomio 12:1-12. Versículo del día: Deuteronomio 12:7.
MEDITACIÓN DIARIA
Esto era parte de las normas y preceptos que el Señor
deseaba que el pueblo de Israel cumpliera. Ahora en el Nuevo Pacto, la Iglesia
es su pueblo y no es que vivamos bajo la ley supeditados a esas normas, pero
como decía el apóstol Pablo: “El amor de Cristo nos obliga” (2 Corintios 5:14),
y por ese mismo amor debemos ser agradecidos con Él.
Por su gracia estamos donde estamos; por su gracia
tenemos salud, vivienda, comida, un trabajo y muchas otras cosas. Ante todo,
por su gracia somos salvos y somos libres. ¡Gloria a Dios por tantos regalos
obtenidos sin merecerlo!
Aprendamos a valorar cada minuto de nuestra existencia;
cada logro obtenido. Valoremos la vida de nuestro cónyuge, de nuestros hijos,
nietos, familiares y amigos. Seguro que cada uno de ellos nos ha regalado algo
y han sido ángeles en un momento dado. Y me refiero no a cosas valiosas sino a
pequeños detalles como un abrazo cuando lo necesitábamos, una oración, un
consuelo; e incluso se han regocijado, al compartir una alegría.
Amado Señor: gracias por tanto bien recibido de parte
tuya. Gracias porque la vida misma que nos das, es prueba de tu gran amor.
Gracias porque Eres nuestro Salvador, nuestro Sustentador y nuestro Benefactor.
Tú lo Eres Todo y mereces toda nuestra gratitud y adoración. ¡Alabamos y
bendecimos tu Nombre!
Un abrazo y bendiciones.
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