lunes, 8 de octubre de 2018

Solo Tú mereces toda nuestra gratitud y adoración


Allí, en la presencia del Señor su Dios, ustedes y sus familias comerán y se regocijarán por los logros de su trabajo, porque el Señor su Dios los habrá bendecido. 
Deuteronomio 12:7.

Lectura: Deuteronomio 12:1-12.  Versículo del día: Deuteronomio 12:7.

MEDITACIÓN DIARIA

Esto era parte de las normas y preceptos que el Señor deseaba que el pueblo de Israel cumpliera. Ahora en el Nuevo Pacto, la Iglesia es su pueblo y no es que vivamos bajo la ley supeditados a esas normas, pero como decía el apóstol Pablo: “El amor de Cristo nos obliga” (2 Corintios 5:14), y por ese mismo amor debemos ser agradecidos con Él.
Por su gracia estamos donde estamos; por su gracia tenemos salud, vivienda, comida, un trabajo y muchas otras cosas. Ante todo, por su gracia somos salvos y somos libres. ¡Gloria a Dios por tantos regalos obtenidos sin merecerlo!
Aprendamos a valorar cada minuto de nuestra existencia; cada logro obtenido. Valoremos la vida de nuestro cónyuge, de nuestros hijos, nietos, familiares y amigos. Seguro que cada uno de ellos nos ha regalado algo y han sido ángeles en un momento dado. Y me refiero no a cosas valiosas sino a pequeños detalles como un abrazo cuando lo necesitábamos, una oración, un consuelo; e incluso se han regocijado, al compartir una alegría.

Amado Señor: gracias por tanto bien recibido de parte tuya. Gracias porque la vida misma que nos das, es prueba de tu gran amor. Gracias porque Eres nuestro Salvador, nuestro Sustentador y nuestro Benefactor. Tú lo Eres Todo y mereces toda nuestra gratitud y adoración. ¡Alabamos y bendecimos tu Nombre!

Un abrazo y bendiciones.

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