lunes, 15 de octubre de 2018

Su instrucción es continua


Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón     para temer tu nombre. 
Salmo 86:11. NVI.

Lectura: Salmo 86:1-17.  Versículo del día: Salmo 86:11.

MEDITACIÓN DIARIA

Este Salmo nos muestra una oración del rey David a su Señor, hablándole sinceramente y adorándole por ser el Dios de dioses. Le dice: “Porque tú eres grande y haces maravillas; ¡solo tú eres Dios!” (v. 10). Reconoce su poder y amor por él. Solamente el Señor ha podido librarlo de caer en el sepulcro. Bueno; yo creo que en mi caso es igual: tengo que ser agradecida con mi Señor y también alabarlo y exaltarlo por lo que ha hecho en mí. Cuando miro mi vida retrospectivamente, comprendo y me estremezco ante tanto amor derramado sin merecerlo. Solamente por su bendita gracia, he tenido el privilegio de tenerlo siempre a mi lado.
“Instrúyeme, Señor, en tu camino para conducirme con fidelidad. Dame integridad de corazón     para temer tu nombre”. Considero que esta debería ser nuestra petición diaria porque en los caminos del Señor no podemos afirmar que ya lo sabemos todo. No, no es así; cada día es una nueva experiencia, un nuevo conocimiento, un nuevo hacer. “El Señor dice: Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes seguir; yo te daré consejos y velaré por ti” (Salmo 32:8). Por eso está ahí su Palabra; para que la tomemos y pongamos en práctica. Es la única manera de tratar de vivir en integridad como Dios nos lo demanda. Es su Palabra un manual de instrucción que si seguimos, nos llevará a adorarle y temerle con reverencia. Un manual donde aprendemos a reconocerlo por lo que Él es y a admirar sus maravillas. De ahí la importancia de alimentarnos diariamente de la Escritura. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” (2 Timoteo 3:16). 

Amado Dios y Padre nuestro: gracias por instruirnos y mostrarnos el camino verdadero. Tu fidelidad es tan grande que no cesas de enseñarnos como buen Padre que Eres. Permite que tu Santo Espíritu abra nuestro entendimiento para aprender lo que deseas de nosotros. “Te exaltamos y adoramos bendito Dios! ¡Eres majestuoso y eternamente misericordioso!

Un abrazo y bendiciones.

No hay comentarios: