Cuando entres en la tierra que te da el Señor tu Dios, no imites las costumbres abominables de esas naciones. Nadie entre los tuyos deberá sacrificar a su hijo o hija en el fuego; ni practicar adivinación, brujería o hechicería; ni hacer conjuros, servir de médium espiritista o consultar a los muertos. Cualquiera que practique estas costumbres se hará abominable al Señor.
Deuteronomio 18:9-12. NVI.
Lectura: Deuteronomio 18:1-13. Versículos del día: Deuteronomio 18:9-12.
MEDITACIÓN DIARIA
Somos en Cristo Jesús nuevas creaciones; hemos entrado
a la tierra prometida de su reino celestial. Nos corresponde entonces también
acatar la orden del Señor de no practicar costumbres abominables. Si pensamos
que eso solamente era para el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento,
estamos equivocados. Veamos lo que nos dice el apóstol Pedro al respecto: “Por
tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma
actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado, para
vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones humanas, sino
cumpliendo la voluntad de Dios. Pues ya basta con el tiempo que han
desperdiciado haciendo lo que agrada a los incrédulos, entregados al
desenfreno, a las pasiones, a las borracheras, a las orgías, a las parrandas y
a las idolatrías abominables. A ellos les parece extraño que ustedes ya no
corran con ellos en ese mismo desbordamiento de inmoralidad, y por eso los
insultan” (1 Pedro 4:1-4). Es nuestro deber cumplir con la voluntad de Dios no
practicando el pecado, sino alejándonos de él.
Amado Señor: Tu Palabra toda es una y es verdad para
nosotros. Te rogamos que pongas en nuestro corazón el deseo de vivir para Ti
desechando todo lo que te es abominable y haciendo tu voluntad. Gracias bendito
Señor Jesús por la nueva vida que nos diste Contigo, donde estamos acogidos
bajo tu santa gracia. ¡Te adoramos y exaltamos Rey y Señor nuestro!
Un abrazo y bendiciones.
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