miércoles, 28 de febrero de 2018

Cuida tu lengua para no pasar por hipócrita

¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? 
Mateo 7:3.

Lectura: Mateo 7:1-6.  Versículo del día: Mateo 7:3.

MEDITACIÓN DIARIA

Definitivamente se cae mucho en ese pecado. Nos gusta estar señalando al uno o al otro mirando detalles incluso tontos pero que no nos gustan, sin darnos cuenta que somos iguales o peores al que estamos juzgando. “No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. Porque tal como juzguen se les juzgará” (vv. 1-2).  ¿Cómo llama el Señor a los que así actúan?  “Hipócritas”.
Si te consideras íntegro y lo que menos crees de ti es ser hipócrita, analiza tu hablar hacia los demás. Recuerda la exhortación de Santiago: “Con la lengua bendecimos a nuestro Señor y Padre, y con ella maldecimos a las personas, creadas a imagen de Dios. De una misma boca salen bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.” (Santiago 9-10). Enseguida dice que de una misma fuente no puede brotar agua dulce y a la vez agua salada (v. 11), y así es.    

Amado Señor: perdona las veces que hemos hablado de personas, porque ese bla, bla, bla que podemos considerar como rumor, se vuelve fácilmente en juzgamiento. Enséñanos buen Dios a domar nuestra lengua para no caer en este error. Te damos gracias buen Señor, porque es tu Santo Espíritu quien nos ministra y convence de pecado.

Un abrazo y bendiciones. 

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