Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!
Génesis 12:3.
Lectura: Génesis
12:1-9. Versículo del día: Génesis 12:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Quizá ni siquiera hemos
notado la bendición que somos cuando nos convertimos al Señor. Recordemos que
somos sal y luz y por este motivo así no nos lo propongamos, otros llegarán a
los pies del Señor. ¡Qué lindo ser portadores de buenas noticias! “¡Qué
hermosos son, sobre los montes, los pies del que trae buenas nuevas; del que
proclama la paz, del que anuncia buenas noticias, del que proclama la
salvación, del que dice a Sión: Tu Dios reina!” (Isaías 52:7).
Estás hecho para
bendecir: “Se me ha ordenado bendecir y, si eso es lo que Dios quiere, yo no
puedo hacer otra cosa” (Números 23:20); y como tú bendices, ellos también te
bendecirán. Tal vez te ocurra como a mí: que, sin saberlo prácticamente, de un
momento a otro mis devocionales empezaron a dar la vuelta al mundo. Cuando leía
este versículo, casi que lo pasaba por alto porque consideraba que no podía
llegar a ser bendición para familias de diferentes continentes. Ahora sé, que
en las benditas manos del Alfarero vamos dejando su huella imborrable, “y hasta
en los lugares más lejanos de la tierra” (Hechos 1:8). Mi exhortación es para
que sigas adelante sin desmayar que el buen Dios nuestro quiere usarte para que
seas bendición, si es posible, hasta los confines del mundo.
Amado Señor: Te damos
gracias por utilizarnos en tu obra permitiéndonos ser bendición para muchos,
incluso en los lugares más remotos. ¡Sigue aumentando tu viña Señor! ¡Sigue
utilizándonos porque somos tus siervos! ¡Grande y Poderosos Eres Dios de cielos
y de tierra! ¡Te amamos y proclamamos tu bendito Nombre! ¡Aleluya!
Un abrazo y bendiciones.
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