viernes, 23 de febrero de 2018

Bendición en abundancia al obedecer


Y Dios le ordenó: Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré. 
Génesis 22:2.

Lectura: Génesis 22:1-19.  Versículo del día: Génesis 22:2.

MEDITACIÓN DIARIA

La historia nos parece muy bonita porque la tomamos como tal. Pero si analizamos las circunstancias de lo que debió ser para Abraham esa situación comprenderemos que no debió ser nada fácil. Su obediencia fue tan grande que amando a su hijo como lo amaba, se encaminó a ofrecerlo en holocausto. ¿Qué sentiría Abraham cuando Isaac le preguntó por el cordero para el sacrificio? (v. 7). Las palabras salidas desde el fondo de su corazón demuestran el grado de su fe: “El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios —le respondió Abraham” (v. 8). Personalmente me atrevería a decir que fue precisamente su fe, la que lo llevó a obedecer incondicionalmente. Abraham sabía que Dios no le mentía cuando le afirmó que era por medio de Isaac que se establecería su descendencia (Génesis 21:12).
Pregúntate si estarías dispuesto a obedecerle a Dios totalmente. Mira la hermosa consecuencia que dejó su acatamiento: por su obediencia nosotros también estamos incluidos en su bendición (v. 18 en la lectura). ¡Hasta dónde llega la misericordia de Dios cuando obedecemos! Ni siquiera podemos calcular cuántas generaciones serán bendecidas por la obediencia nuestra.

Amado Señor: Queremos tener un corazón dispuesto para decirte siempre ‘sí’. Enséñanos a escucharte a través de tu Palabra y que no cuestionemos tus mandatos. Gracias por lo aprendido a través de tu siervo Abraham. ¡Te adoramos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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