martes, 27 de febrero de 2018

Mi casa y yo serviremos al Señor

Entonces el criado de Abraham se arrodilló y adoró al Señor con estas palabras: Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, que no ha dejado de manifestarle su amor y fidelidad, y que a mí me ha guiado a la casa de sus parientes. Génesis 24:26-27.

Lectura: Génesis 24:1-66.  Versículos del día: Génesis 24:26-27.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien vale la pena leer todo este capítulo completo. Es el comienzo de una historia de amor resumida en sus sesenta y seis versículos. Pero lo que impacta es la manera como Dios aprueba también, incluso a la servidumbre de los hombres justos.
Creo que aprendemos una gran lección porque no es solamente mi familia la que debe invocar al Señor, son todos cuantos viven conmigo. Aquí vemos un criado sometido a su amo, pero aún mucho más comprometido con Dios mismo. Y esto debió ser por las enseñanzas de Abraham a todos los suyos. Recordemos que el pacto de Dios con él incluía la circuncisión de todo varón de su casa y así lo obedeció (Génesis 17:23-27). Muy claro el ejemplo que como amo les inculcó a sus siervos en cuanto al temor a Dios. Seguro que toda esta fidelidad fue la que Dios aprobó y por la cual prosperó su viaje en busca de la esposa para Isaac. Nuestra casa o empresa serán grandemente bendecidas cuando todos juntos vamos en la misma dirección. Y lógico que la correcta es la de Dios. Cabe hacer mención de lo dicho por Josué: “Por mi parte, mi casa y yo serviremos al Señor” (Josué 24:15c RVC).

Amado Señor: enséñanos a compartir de Ti a todos los que laboran con nosotros. Que entendamos que el no hacerlo es prácticamente ir en yugo desigual y por lo tanto existirán desacuerdos que trastornarán nuestra vida diaria. Gracias bendito Señor porque cuando Tú vas al frente, todos los caminos se nos abren fácilmente. Tú harás prosperar nuestras áreas de acuerdo a las tareas e instrucciones dadas al respecto. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.  

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