Cuando los fundamentos son destruidos, ¿qué le queda al justo?
Salmo 11:3.
Lectura: Salmo
11:1-7. Versículo del día: Salmo 11:3.
MEDITACIÓN DIARIA
En medio de tanta
violencia, de tanta corrupción, de tanta falta de palabra y deshonestidad en
que vivimos, muchos consideran que es difícil mantenerse íntegro. Pero no es
así; el cristiano tiene el poder del Santo Espíritu de Dios para discernir y
tener el dominio propio de pararse en la raya y decir: ‘no más’. Somos los
encargados de velar por la justicia porque Dios ama la justicia (v. 7), y
tendremos su respaldo. Creo que ni siquiera tenemos que pelear, solamente
actuar con el carácter de Cristo que Él abogará por nosotros.
Así que, respondiendo a
la pregunta del Salmista, nos queda seguir en la misma tónica de integridad y
poner en manos del Señor las diferentes situaciones anómalas, con la confianza
absoluta que Él hará y si tiene necesidad de pelear por nosotros, en el momento
exacto actuará.
Padre amado: Te damos gracias
por ser nuestro Papito Celestial. Sabemos que estamos en un mundo caído y que
el enemigo cada vez se mueve con más premura para ponernos zancadillas y
hacernos tropezar o caer. Te rogamos buen Padre, que nos enseñes a ser
radicales especialmente en nuestro andar diario para que los del mundo
entiendan y crean que Eres el Verdadero Dios y Señor Todopoderosos y Justo,
capaz de respaldar a tus hijos y de paso quien pelea las batallas para darnos
la victoria en Cristo Jesús. ¡Te adoramos Padre Santo! ¡Bendito eres por siempre!
¡Te damos gracias por llamarnos tus hijos!
Un abrazo y bendiciones.
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