jueves, 22 de febrero de 2018

Tú eres el bien más grande encontrado en el camino


Tú, Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte. Bellos lugares me han tocado en suerte; ¡preciosa herencia me ha correspondido! 
Salmo 16:5-6.

Lectura: Salmo 16:1-11.  Versículos del día: Salmo 16:5-6.

MEDITACIÓN DIARIA

En el devocional anterior preguntaba, quién era el Señor de tu vida. Ahora en este Salmo aprendamos del rey David quien lo reconoce como tal, y entiende que todo lo que tiene proviene de Dios: “Yo le he dicho al Señor: Mi Señor eres tú. Fuera de ti, no poseo bien alguno” (v. 2). Así es; el Señor es el alimento diario. La relación personal con Él es el sostén de la vida. La vida abundante que prometió en Juan 10:10 lleva el sello de esa feliz comunión: Él, Santo, y nosotros pecadores. Gracias a la copa de bendición estamos unidos ahora con la sangre y el cuerpo de Cristo: “Esa copa de bendición por la cual damos gracias, ¿no significa que entramos en comunión con la sangre de Cristo? Ese pan que partimos, ¿no significa que entramos en comunión con el cuerpo de Cristo?” (1 Corintios 10:16).
¡Qué Palabra tan hermosa! No solamente nos habla de la bendición de tener al Señor aquí en esta tierra, de conocer su plan, su propósito sino también de vivir con Él en la eternidad: “Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha” (v. 11 en la lectura).

Bendito eres Señor por los consejos que nos das; aun en medio de la oscura noche, siempre recibimos tus enseñanzas que guían nuestros pasos. Gracias por saber que estás ahí. Permite que los tuyos nos alegremos y que podamos alabarte como fieles herederos. Eres el bien más grande encontrado en el camino. ¡Gloria a tu Nombre bendito Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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