Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
Mateo 6:6.
Lectura: Mateo 6:5-15. Versículo del día: Mateo 6:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Bien es cierto que
podemos orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17), cuando estamos haciendo
múltiples tareas en el día; pero esta oración de la que nos habla el Señor en
el Sermón del Monte va más allá. Debe de ser la dedicada a Dios nuestro Padre
especialmente para comenzar el día. O también en el momento en que podamos
estar a solas con Él y hablarle de tú a tú contándole nuestras alegrías como
nuestras tristezas, preocupaciones o peticiones. Al Señor le gusta que seamos
sinceros, que le hablemos con palabras sencillas y con un corazón humilde. Que
no nos pase como el fariseo de la parábola con el recaudador de impuestos
(Lucas 18:9-15). O sea, no podemos llegar ante su presencia, alabándonos
nosotros mismos ni con gritos hipócritas.
Saca un tiempo para
hablar con tu Señor en la intimidad de tu habitación. Es muy necesario; aunque
Papá Dios sabe lo que necesitamos, le encanta escucharlo de nuestros propios
labios. La oración es conversar con Dios; haz tu charla con Él amena, agradable
y placentera. Es tu mejor amigo y está dispuesto a escucharte.
Amado Señor: Gracias por
enseñarnos a orar con el corazón sintiendo cada palabra y no repitiendo frases
vanas simplemente por inercia. Gracias bendito Padre porque sabemos que nos
escuchas y te place que te busquemos para platicar Contigo. ¡Eres el mejor
Papito del mundo listo para atendernos! ¡Te adoramos Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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