viernes, 20 de octubre de 2017

No podemos desconocer el tronco natural

Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva de la raíz del olivo. 
Romanos 11:17.

Lectura: Romanos 11:11-24.  Versículo del día: Romanos 11:17.

MEDITACIÓN DIARIA

Un injerto es la unión de dos plantas diferentes pero genéticamente compatibles para que crezcan como un solo organismo. Los gentiles estamos unidos a la familia de Abraham ya que fuimos injertados en el mismo tronco. El rechazo del pueblo judío se convirtió en bendición para los gentiles pero esto no quiere decir que ahora vayamos a sustituirlos a ellos o nos creamos mejor porque ese pueblo sigue siendo importante para Dios: “Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las ramas originales. Y, si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti” (v. 18). Siendo el Señor Jesucristo judío, conocía muy bien las Escrituras del Antiguo Testamento y durante su ministerio hacia referencia a pasajes de ella. De igual modo nos toca a nosotros como gentiles cristianos, alimentarnos de esa raíz escrita hace miles de años.
La Iglesia cristiana no puede ser ajena a esta verdad. Ahora somos parte viviente del Israel de Dios y damos fruto igual o de sabor variado. Nos unen lazos muy profundos y todo lo que concierne con ellos nos afecta también. No podemos quitar de la Biblia el mandato de orar siempre por la paz de Jerusalén e incluso hay una promesa al hacerlo: seremos prosperados (Salmo 122:6-7).

Amado Dios: gracias por ahora entender que somos injertos adheridos al tronco y que Tú eres el Agricultor que estás pendiente de ese árbol completo. No podemos pedirte que dejes de lado el olivo natural porque en tus planes, él juega un papel importante. Permite más bien Señor que demos apreciados frutos que redunden en crecimiento del reino tuyo y te sientas enorgullecido de la obra realizada al unirnos y permitir que su savia nos alimentara. Oramos igualmente por Israel y la paz de Jerusalén. Sea la paz dentro de sus muros y el descanso dentro de sus palacios. ¡Bendito eres Dios Eterno y Soberano! ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.

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