Yo te di tierra que no habías trabajado y ciudades que no construiste, en las cuales vives ahora. Te di viñedos y huertos de olivos como alimento, aunque tú no los plantaste. Por lo tanto, teme al Señor y sírvelo con todo el corazón… Sirve únicamente al Señor”.
Josué 24:13-14.
Lectura: Josué
24:1-28. Versículos del día: Josué
24:13-14.
MEDITACIÓN DIARIA
Le he pedido al Señor
dirección acerca del futuro de mi hijita y me llevó a Josué donde él como líder
tiene que exhortar al pueblo a seguir al Señor. Creo que esto también nos pasa con
los nuestros. Llega un momento en que el Señor nos dice: haz esto o aquello e indúcelos
a continuar en el temor a Dios. Efesios
6:4 nos enseña: “Padres, no hagan enojar a sus hijos con la forma en que los
tratan. Más bien, críenlos con la disciplina e instrucción que proviene del
Señor”. En otras versiones: “criadlos en
disciplina y amonestación del Señor”. Criar hijos no es tarea fácil. Encontré que
criarlos es llevarlos desde el vientre hasta la madurez proveyendo para ellos el
sustento, afecto y entrenamiento para toda la vida; y que la amonestación cristianamente
es fijar verdades divinas en la mente de los hijos por medio de la enseñanza
(Alianza Evangélica).
No podemos dejar a
medias la tarea encomendada. Respecto a mi niña, de mutuo acuerdo con mi esposo
le proveeremos lo necesario hasta que se levante financieramente amonestándola
en el temor del Señor. Como madre me pongo en el papel de Josúe para hablarle: “Pero si te niegas a
servir al Señor, elige hoy mismo a quién servirás. ¿Acaso optarás por los dioses
que tus antepasados sirvieron del otro lado del Éufrates? ¿O preferirás a los
dioses de los amorreos, en cuya tierra ahora vives? Pero en cuanto a mí y a mi
familia, nosotros serviremos al Señor” (v. 15 en la lectura). Hay muchos ídolos
que vamos haciendo a medida que crecemos, pero llega el momento en que el Señor
nos hace ver con su Palabra que hemos fallado. Esto le pasa a nuestros hijos y
es deber hacerles entender que no es el camino ni lo que Dios espera. De igual
modo es hora de decidir con franqueza a quién serviremos y esta verdad es la
que deseo de corazón que mi hijita analice.
Quise compartirles esto
en mi devocional puesto que con la guía del Espíritu Santo ha sido mi enseñanza
hoy: primero es parte de mi vida y segundo, puede alguno de ustedes estar en la
misma situación.
Amado Dios: gracias por
tu Palabra que siempre está ahí lista a guiarnos por el camino que deseas, continuemos.
Gracias te doy en especial por mis hijitos y pongo en tus manos una vez más la
vida de Sarita para que seas Tú mismo enamorándola y atrayéndola cada día a tus
brazos. Te la entrego: consiéntela y arrúllala por mí. Que cuando esté triste y
sola la abraces y rodees con tu amor. Enjuga cada lágrima que brote de sus ojos
con tu mano entrañable. Levántala cuando esté caída; pero ante todo buen Dios,
te ruego que tu Palabra sea sembrada fuertemente sirviéndote con todo su
corazón. Muchas, muchas gracias Padre mío por escuchar mi oración. Te alabo y
te bendigo dándote toda la honra y gloria que mereces.
Un abrazo y
bendiciones.
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