sábado, 14 de octubre de 2017

No importa volver a insistir

Esta es la palabra de fe que predicamos: que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. 
Romanos 10:8c-9.

Lectura: Romanos 10:1-21.  Versículos del día: Romanos 10:8c-9.

MEDITACIÓN DIARIA

Al pueblo de Israel más exactamente a los judíos, les cuesta aceptar a Jesús como el Mesías; su justicia se basa en la ley. “De hecho, Cristo es el fin de la ley, para que todo el que cree reciba la justicia” (v. 4). La justicia basada en la fe es la que salva. “¿Qué afirma entonces? La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón” (v. 8ab). Es tan clara aquí la Escritura que no hay derecho a malinterpretar el pasaje. Sin embargo, el enemigo que siempre está asolando y mintiendo hace creer otras cosas. Pero miremos lo que sigue: “Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (v. 10).
Es así de sencillo y sin razón alguna cuesta hablarle y decirle sinceramente a Jesús que Él es el Señor, muerto y resucitado por Dios. Yo sigo insistiendo, persistiendo y no voy a desistir en este mensaje de salvación porque de lo contrario estaría desobedeciendo a la voz del Espíritu Santo que me insta a repicarlo una y otra vez. También dice la Escritura: “Por eso, Dios volvió a fijar un día, que es «hoy», cuando mucho después declaró por medio de David lo que ya se ha mencionado: Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón” (Hebreos 4:7).
El día de salvación para ti es ‘hoy’; no hay vuelta de hoja. Esta Palabra es para ti y de todo corazón te ruego que la escuches y aceptes de parte de Dios. Te persuado a orarle a Jesús:

Señor Jesús: yo confieso con mi boca y creo en mi corazón que eres el Hijo de Dios que viniste a morir por mis pecados y que fuiste levantado de entre los muertos. Te pido perdón por mis pecados y te acepto en mi vida como Señor y Salvador personal. Gracias te doy por hacerme entender esta verdad. ¡Bendito eres por siempre!  

Un abrazo y bendiciones.

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