martes, 24 de octubre de 2017

Gracias Señor por renovar mis fuerzas

Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

 Isaías 40:30-31.

Lectura: Isaías 40:27-31.  Versículos del día: Isaías 40:30-31.

MEDITACIÓN DIARIA

Hay días en que todo se torna más oscuro y sentimos que las fuerzas ya no dan más. Creo que estoy en uno de esos momentos críticos donde tengo tantas cosas en la cabeza que no logro ponerlas a funcionar; me siento agotada física y mentalmente. Quizá la altura de ciudades como Bogotá ya hace mella en mi cuerpo. Le he orado al Señor diciéndole que traiga a mi memoria su Palabra y me anime a proseguir. Así que me llevó a este capítulo de Isaías donde solo con leerlo nuevamente y recordar lo que dice, inyectó a mis venas un elixir de fortaleza, de arrojo, de seguir adelante sin desfallecer. Algo muy importante fue permitirle al Espíritu Santo me escudriñe y escucharle preguntándome: ¿dónde está tu confianza? Porque a pesar de haber factores climáticos que puedan menguar mi aire; o de sentir que mis fuerzas no son las mismas, el Señor me aclara que esos factores no serían relevantes si tuviera mis ojos fijos en Él. Y sí; me he dejado llevar por los mismos quehaceres y enrollarme en un sinnúmero de diligencias que han desviado mi mirada del Señor. Así que si quiero seguir adelante tengo que poner a funcionar mi fe y saber con certeza que aún los jóvenes se cansan y fatigan, que no es solo cosa mía. Pero si confío en mi Señor, Él me tomará en sus brazos para levantarme y renovar mis fuerzas que me harán volar como las águilas; así corra o camine no me fatigaré ni cansaré.

¡Muchas gracias mi Señor! Gracias porque tu Palabra fue escrita para enseñar y consolar. Gracias porque siempre está a mi alcance para alumbrar mi entendimiento y entender tu camino. En verdad es una lámpara a mis pies que me permite ver con claridad y dirigirme con confianza sabiendo que fortaleces al cansado y levantas al desanimado. Tú nunca me dejarás ni abandonarás. ¡Tú eres mi porción para siempre! ¡Te alabo y te doy toda la honra y la gloria por siempre!

Un abrazo y bendiciones.

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