La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres.
Proverbios 17:6.
Lectura: Proverbios 17:1-14. Versículo del día: Proverbios 17:6.
MEDITACIÓN DIARIA
Observemos dos regalos
maravillosos con los que Dios exalta a los padres en su vejez. Primero digamos que
una corona se obtiene porque se gana y se usa como adorno; es insignia
honorífica que da distinción y por lo tanto produce alegría. Eso son los nietos
para los abuelos. Dios en su infinito amor permite que ellos vengan a adornar
nuestras vidas regalándonos un nuevo aire en los ya, por lo general años
dorados. Ellos son la condecoración con que Dios nos engalana concediéndonos honor y distinción por la labor
que hemos realizado a lo largo de los años con los hijos. Y los hijos a su vez,
también retribuyen su amor hacia los padres honrándolos con un sentimiento de satisfacción
y de admiración por esa misión cumplida que también nos enaltece.
¡Dios es espectacular,
nada se le escapa! Cómo entiende que nosotros necesitamos esos dos alicientes
cuando ya hemos recorrido gran parte del camino y queremos sentarnos a la vera
para un poco de sosiego. Cómo sabe que estamos exhaustos, agotados y cansados y
que solo basta una sonrisa picarona para reconfortarnos y levantarnos
nuevamente. Cada risa, cada travesura, cada media palabra, cada gesto, cada
pico enviado son las piedras preciosas de esa hermosa corona que nos hace
erguir nuevamente la cara y decir: ¡gracias; gracias por los unos y los otros!
Sí Padre amado, muchas
gracias por nuestros nietos; por su dulzura, su ternura, su ingenuidad y
travesuras. Gracias igual por nuestros hijitos; son el baluarte que has
colocado para sostenernos. Ellos son dos regalos que nos engrandecen y nos hacen
proseguir. ¡Tú eres especial Padre, sabes darnos lo que en verdad necesitamos!
¡Aleluya por siempre a Ti!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario