viernes, 4 de agosto de 2017

Seguiremos la carrera con el deseo de agradarte

Sin embargo, considero que mi vida carece de valor para mí mismo, con tal de que termine mi carrera y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado el Señor Jesús, que es el de dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios. Hechos 20:24.

Lectura: Hechos 20:13-38.  Versículo del día: Hechos 20:24.

MEDITACIÓN DIARIA

Pablo al despedirse de los ancianos de Éfeso les confiesa que irá a Jerusalén más no porque quiera sino obligado por el Espíritu Santo, ya que en todas las ciudades Él le demuestra que le esperan prisiones y sufrimientos. Sin embargo les dice que no le preocupa morir, pues no considera su vida de mucho valor porque aspira terminar con satisfacción la carrera de haber anunciado el evangelio de la gracia de Dios, encargado por el Señor Jesús. Les recomienda que tengan cuidado de ellos mismos y del rebaño confiado, ya que llegarán lobos feroces con el propósito de acabarlo (vv. 28-31). “Ahora los encomiendo a Dios y al mensaje de su gracia, mensaje que tiene poder para edificarlos y darles herencia entre todos los santificados” (v. 32). Les recuerda las palabras del Señor Jesús: “hay más dicha en dar que en recibir”, para que sigan su ejemplo trabajando duro por los necesitados (v. 35).
Leyendo nuevamente con mi esposo el libro de ‘Una vida con propósito’, he podido entender mejor que nuestra vida carece de sentido si no es para glorificar a Dios. Antes leía este pasaje como algo más de la Escritura pero hoy entiendo muy claramente las palabras de Pablo ya que si el Señor un día también me buscó, entonces me corresponde igual: terminar con satisfacción la tarea encomendada teniendo en cuenta que mi vida terrenal es efímera y que la que vale está más allá; por lo tanto mi deseo es agradar a Dios en todo cuanto haga así como lo hizo Pablo. Que con ese deseo todos terminemos la carrera.

Amado Dios: Oro a Ti para que como hijos tuyos anunciemos la buena noticia de tu amor atendiendo la orden de tu Hijo Jesús. Señor, que discernamos con sabiduría este propósito en nuestras vidas y estemos listos a cumplirlo. Gracias por utilizarnos y ser en tus manos artífices en el crecimiento del reino de los cielos. ¡Te alabamos precioso Padre!

Un abrazo y bendiciones.

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