Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría.
Eclesiastés 9:10.
Lectura: Eclesiastés 9:1-10.
Versículo del día: Eclesiastés 9:10.
MEDITACIÓN DIARIA
Bien dice el sabio Salomón que todos
tendremos el mismo final. Todos sabemos que vamos a morir; así que hay que sacarle
el mayor provecho a la vida: comer con alegría y tomar el vino con corazón
contento porque Dios lo aprueba. Dios quiere que además te vistas bien, te
perfumes y que seas feliz al lado de tu esposa(o). Ella(él) es la persona que
Dios te ha dado en recompensa por todo tu esfuerzo terrenal, pues sólo eso queda
después de tanto trabajar (vv. 5-9).
Teniendo en cuenta que este es el
destino común, nos recomienda entonces que todo lo que hagamos, lo hagamos con
empeño, con alegría, con entusiasmo, de la mejor manera porque allá en la tumba
no habrá trabajo, ni planes, ni conocimiento ni sabiduría. Muy buen encargo: hacer las cosas bien, de lo
contrario es hasta mejor no hacerlas. También leemos en Colosenses 3:23 que cuando
hagamos cualquier trabajo, lo hagamos como para el Señor y no para los hombres.
Nuestro trabajo es una manera de glorificar a Dios y por eso debemos poner todo
el empeño y la dedicación para que sea excelente.
Amado Señor: Permítenos gozar esta
vida disfrutando todo cuanto has puesto a nuestro alcance. Que el trabajo se
transforme en una bendición donde podamos expresar lo mejor de nuestros
talentos y dedicación. Que todo cuanto hagamos sea para honrarte a Ti y dar
fiel testimonio que somos de la familia celestial. ¡Gracias buen Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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