sábado, 12 de agosto de 2017

Que todo cuanto hagamos sea para honrarte

Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en el sepulcro, adonde te diriges, no hay trabajo ni planes ni conocimiento ni sabiduría. 
Eclesiastés 9:10.

Lectura: Eclesiastés 9:1-10.  Versículo del día: Eclesiastés 9:10.

MEDITACIÓN DIARIA

Bien dice el sabio Salomón que todos tendremos el mismo final. Todos sabemos que vamos a morir; así que hay que sacarle el mayor provecho a la vida: comer con alegría y tomar el vino con corazón contento porque Dios lo aprueba. Dios quiere que además te vistas bien, te perfumes y que seas feliz al lado de tu esposa(o). Ella(él) es la persona que Dios te ha dado en recompensa por todo tu esfuerzo terrenal, pues sólo eso queda después de tanto trabajar (vv. 5-9).
Teniendo en cuenta que este es el destino común, nos recomienda entonces que todo lo que hagamos, lo hagamos con empeño, con alegría, con entusiasmo, de la mejor manera porque allá en la tumba no habrá trabajo, ni planes, ni conocimiento ni sabiduría.  Muy buen encargo: hacer las cosas bien, de lo contrario es hasta mejor no hacerlas. También leemos en Colosenses 3:23 que cuando hagamos cualquier trabajo, lo hagamos como para el Señor y no para los hombres. Nuestro trabajo es una manera de glorificar a Dios y por eso debemos poner todo el empeño y la dedicación para que sea excelente.

Amado Señor: Permítenos gozar esta vida disfrutando todo cuanto has puesto a nuestro alcance. Que el trabajo se transforme en una bendición donde podamos expresar lo mejor de nuestros talentos y dedicación. Que todo cuanto hagamos sea para honrarte a Ti y dar fiel testimonio que somos de la familia celestial. ¡Gracias buen Señor!

Un abrazo y bendiciones. 

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