jueves, 17 de agosto de 2017

Con la mirada puesta en Jesús

Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti.
 Proverbios 4:25.

Lectura: Proverbios 4:20-27.

MEDITACIÓN DIARIA

Tendría que preguntarte: ¿qué tienes delante? ¿Qué miran tus ojos? Otras versiones dicen: “Que tus ojos miren lo recto”. ¿Si estás buscando lo recto, o por el contrario te complace ver lo que no te edifica? O te haces el de “la vista gorda’: que vea, lo que vea todo me es indiferente, nada me importa. Como si no hiciéramos parte de este mundo en el que vivimos. Pero así no podemos seguir. Tenemos que enderezar y allanar el camino (v. 26), porque de lo contrario estamos perdidos; iremos a tientas como ciegos y eso no es lo que Dios quiere de nosotros. Dios desea que busques el verdadero camino y lo sigas. Jesús dijo ser ese único camino (Juan 14:6). Hay que buscarle, seguirle y no desviarnos ni a derecha ni a izquierda y apartar los pies del mal (v. 27 en la lectura).
Si vas por el camino de Cristo, Él te guiará con su Santo Espíritu para avanzar hacia la meta segura. El apóstol Pablo escribe en su Carta a los Filipenses: “Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14). Así que esforcémonos por proseguir hacia adelante sin dejarnos engañar por el mundo, por las tentaciones de la carne ni por el demonio que está presto a confundirnos. De esta manera avanzaremos firmes, con la esperanza de ganarnos el premio que Dios nos llama a recibir por medio de Jesucristo.

Amado Señor: Sabemos que Tú eres el único camino seguro para llegar al Padre. Queremos caminar solamente cogidos de tu mano mirándote de frente y sin volver atrás. No queremos ser el blanco de Satán y permitir que nuestro corazón se debilite. Gracias por tenerte y por darnos Contigo la confianza plena de ir avanzando por la senda correcta. ¡Queremos ese galardón que nos tienes preparado! ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones. 

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