El que con lágrimas siembra, con regocijo cosecha. El que llorando esparce la semilla, cantando recoge sus gavillas.
Salmo 126:5-6.
Lectura: Salmo
126:1-6. Versículos del día: Salmo
126:5-6.
MEDITACIÓN DIARIA
Aunque en mi vida
cristiana he pasado por varios desiertos, puedo decir exactamente como el
Salmista: El Señor ha hecho grandes cosas por mí y eso me llena de alegría (vv.
2-3). Y me llena de alegría mucho más, que los de afuera entiendan que a pesar
de las dificultades, Dios siempre me ha guardado y ha guardado mi corazón.
Siendo muy sincera no ha sido nada fácil, pero ahí al ladito de mi Buen Señor
voy. Creo que como esposa, madre, hija y hermana también he sembrado con
lágrimas y pueda que todavía no vea los frutos deseados pero sé que un día
llegará la cosecha entera y recogeré las blancas gavillas sabiendo que mi
Señor, todas mis lágrimas las ha echado en su redoma y me mira con agrado.
Lo importante es no
desfallecer y tener la mirada puesta en Jesús quien es el autor y
perfeccionador de nuestra fe. Sabiendo que cuando ya se termine este viaje, nos
espera allá en el cielo con los brazos abiertos. Así que no hay que cansarnos
ni darnos por vencidos.
Amado Señor: Gracias
por estar siempre ahí; porque por más que pareciese estar cautiva nunca me has
dejado. Gracias por el valor y el amor que día a día me enseñas y me otorgas
cuando más débil soy. Tú eres quien siempre me levantas, curas mis heridas y me
sigues llevando de la mano. ¡Te amo mi Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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