Volví a sentirme descorazonado de haberme afanado tanto en esta vida.
Eclesiastés 2:20.
Lectura: Eclesiastés
2:12-26. Versículo del día: Eclesiastés
2:20.
MEDITACIÓN DIARIA
Cuando miramos alrededor
y hacemos como una introspección de lo que ha sido nuestra vida, nos sentimos
descorazonados y preguntamos si ha valido la pena afanarnos tanto en cada
situación vivida, máxime cuando en muchas ocasiones nos hemos preocupado más de
la cuenta. Es que la vida es tan efímera y tan fugaz que hoy estamos mañana no
sabemos y por cuantas cosas insignificantes hemos perdido la paz sin aprovechar
quizá momentos valiosos como la unión cuando nos reunimos familiarmente. Nos
atormentamos por pequeñeces que se interponen y no nos dejan ver el fondo de lo
que en verdad merece la pena disfrutar.
El Predicador llega a
la conclusión que entonces aprovechemos los afanes y nos gocemos en el trabajo
que tengamos “Nada hay mejor para el hombre que comer y beber, y llegar a
disfrutar de sus afanes. He visto que también esto proviene de Dios, porque
¿quién puede comer y alegrarse, si no es por Dios?” (vv. 24-25). Entonces aprovechemos
el trabajo que se tiene con satisfacción porque esto es un regalo de Dios. No
saquemos a Dios del trabajo; al contrario, su relación con Él puede definir qué
tanto lo goza y qué puede hacer allí para su gloria. Creo que de este modo
estamos honrando a Dios y le estamos dando a los afanes o al trabajo realizado
el lugar que le corresponde. Cambiemos de actitud: en vez de atormentarnos,
gocemos lo que Dios nos ha regalado.
Amado Señor: gracias
por tanto bien que nos haces y muchas veces ni siquiera los notamos por
dejarnos llevar por angustias que no tienen valor alguno. Gracias por
enseñarnos a sacarle el mayor provecho a esta vida y a gozarnos con el fruto
del trabajo que nos das. Te rogamos que
siempre reines en medio, sabiendo que Tú provees ese trabajo y nos gozaremos en
él.
Un abrazo y
bendiciones.
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