Despertó a Pedro con unas palmadas en el costado y le dijo: ¡Date prisa, levántate! Las cadenas cayeron de las manos de Pedro.
Hechos 12:7.
Lectura: Hechos
12:1-19. Versículo del día: Hechos 12:7.
MEDITACIÓN DIARIA
El rey Herodes por
congraciarse con los judíos mandó arrestar a Pedro y le puso una vigilancia
especial. La Iglesia reunida oraba al Señor por la vida de Pedro y sucedió que
a media noche mientras él se encontraba dormido en medio de dos soldados con
cadenas en las manos, un ángel del Señor lo despertó e hizo vestir y levantar
con la orden de seguirlo. Así fue: las cadenas cayeron; traspasaron puertas,
soldados y llegaron a la calle donde el ángel lo acompañó por unas cuadras y
después desapareció (vv. 1-11). Puede ser insólito para nosotros y un cuento
para los no creyentes, pero Dios que es experto en imposibles lo hizo. A Pedro
lo liberó de la cárcel el Señor Jesús y a ti te puede liberar también aunque
creas que no lo necesitas. Jesús le dijo a los que habían creído en Él: “Si se
mantienen fieles a mis enseñanzas, serán realmente mis discípulos; y conocerán
la verdad, y la verdad los hará libres” (Juan 8:31b-32). Jesús también dijo ser
la Verdad (Juan 14:6). Hay que creer en
Cristo y ser fiel con sus enseñanzas para ser liberado. Quizá estás atado en tu
vida espiritual aunque no lo aceptes o quieras darte cuenta y Dios quiere darte
libertad; no insistas más en ese estado. Si Dios prometió libertad a
través de Jesucristo, déjate llevar de su mano. Dios liberó físicamente a
Pedro. Fue un hecho insólito; tanto que Herodes mandó matar a los que lo
custodiaban. Pero es que Dios puede hacer por ti también lo más asombroso con
tal de darte libertad. En quien primero quiere Dios desatar las correas y
romper toda atadura es en ti y que goces la vida que te prometió: “El ladrón no
viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y
la tengan en abundancia” (Juan 10:10). El ladrón que es Satanás quiere
destruirte pero ahí está el Señor Jesús listo a tenderte su mano, no la
rechaces.
Amado Señor Jesús: Hay
muchos que van de golpe en golpe porque no han experimentado la verdadera
libertad Contigo. Permite que se lancen en tus brazos y puedan gozar desde esta
tierra una vida plena y abundante. Gracias porque eres el Único que desatas
cadenas así sean de las más pesadas. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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