Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.
Hebreos 13:5.
Lectura: Hebreos 13:1-6. Versículo del día: Hebreos 13:5.
MEDITACIÓN DIARIA
El dinero como tal no
es malo; se vuelve bueno o malo dependiendo de nosotros mismos. No nos dice la
Palabra que no tengamos dinero, lo que nos dice es no amar el dinero: “Porque
el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se
han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores” (1 Timoteo 6:10).
‘Entre más se tiene más se quiere” se expresa por ahí, lo cual sí es malo
porque el querer acumular riqueza es avaricia. Hay que aprender a contentarnos
con lo que tenemos sabiendo que Dios cuida de nosotros. El dinero es necesario
para el mantenimiento bien sea de la persona o de una familia. El dinero hay
que disfrutarlo (Eclesiastés 10:19) mientras se tiene, pero hay que hacerlo
bajo los parámetros de Dios; nunca poner los ojos creyendo que el dinero nos
trae paz, seguridad y felicidad. Creo que el que tiene mucho vive en función de
estar cuidándolo o sea que le roba la paz. Seguridad tampoco porque las
riquezas son efímeras: hoy tenemos mañana no sabemos; le salen alas para salir
volando (Proverbios 23:5). Y creer que por tenerlo hay felicidad es un engaño
más. El dinero no puede comprar salud; puede ayudar a mitigar los gastos. Sin
embargo por más dinero que se tenga, con dinero no se puede devolver la vida a
un ser querido. Pidámosle a Dios sabiduría para aprender a manejar el dinero. Como
tarea propongámonos buscar lo concerniente en las Escrituras. Considero que una
de las clases más importantes en una Congregación es enseñar sobre cómo
administrar el dinero bajo la luz de la Biblia.
Amado Señor: queremos
agradarte a Ti y hacer las cosas bien. Te rogamos nos des el entendimiento
debido para saber administrar el dinero que Tú nos provees. Gracias porque ese
dinero es tuyo también y por tu misericordia y amor has permitido que llegue a
nuestras manos. Queremos ser verdaderos mayordomos en su manejo.
Un abrazo y
bendiciones.
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