jueves, 29 de junio de 2017

Aprendamos sobre el manejo del dinero

Manténganse libres del amor al dinero, y conténtense con lo que tienen, porque Dios ha dicho: Nunca te dejaré; jamás te abandonaré. 
Hebreos 13:5.

Lectura: Hebreos 13:1-6.  Versículo del día: Hebreos 13:5.  

MEDITACIÓN DIARIA

El dinero como tal no es malo; se vuelve bueno o malo dependiendo de nosotros mismos. No nos dice la Palabra que no tengamos dinero, lo que nos dice es no amar el dinero: “Porque el amor al dinero es la raíz de toda clase de males. Por codiciarlo, algunos se han desviado de la fe y se han causado muchísimos sinsabores” (1 Timoteo 6:10). ‘Entre más se tiene más se quiere” se expresa por ahí, lo cual sí es malo porque el querer acumular riqueza es avaricia. Hay que aprender a contentarnos con lo que tenemos sabiendo que Dios cuida de nosotros. El dinero es necesario para el mantenimiento bien sea de la persona o de una familia. El dinero hay que disfrutarlo (Eclesiastés 10:19) mientras se tiene, pero hay que hacerlo bajo los parámetros de Dios; nunca poner los ojos creyendo que el dinero nos trae paz, seguridad y felicidad. Creo que el que tiene mucho vive en función de estar cuidándolo o sea que le roba la paz. Seguridad tampoco porque las riquezas son efímeras: hoy tenemos mañana no sabemos; le salen alas para salir volando (Proverbios 23:5). Y creer que por tenerlo hay felicidad es un engaño más. El dinero no puede comprar salud; puede ayudar a mitigar los gastos. Sin embargo por más dinero que se tenga, con dinero no se puede devolver la vida a un ser querido. Pidámosle a Dios sabiduría para aprender a manejar el dinero. Como tarea propongámonos buscar lo concerniente en las Escrituras. Considero que una de las clases más importantes en una Congregación es enseñar sobre cómo administrar el dinero bajo la luz de la Biblia.

Amado Señor: queremos agradarte a Ti y hacer las cosas bien. Te rogamos nos des el entendimiento debido para saber administrar el dinero que Tú nos provees. Gracias porque ese dinero es tuyo también y por tu misericordia y amor has permitido que llegue a nuestras manos. Queremos ser verdaderos mayordomos en su manejo.

Un abrazo y bendiciones. 

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