Entonces Pedro le dijo: Ananías, ¿por qué has permitido que Satanás llenara tu corazón? Le mentiste al Espíritu Santo y te quedaste con una parte del dinero.
Hechos 5:3. NTV.
Lectura: Hechos 5:1-11.
Versículo del día: Hechos 5:3.
MEDITACIÓN DIARIA
Ananías y Safira
creyeron que podían mentirle a los apóstoles y que nada pasaría. Para Dios no
hay nada oculto y en realidad no les mintieron a ellos sino a Dios. Para Dios
no existen pecados graves y pequeños: todos son igualmente pecado. Ananías y
Safira fueron al parecer de los que conformaron la Iglesia primitiva y vieron
la disposición de todos en compartir lo que tenían en unanimidad de grupo.
Igualmente debieron ver los milagros que ya realizaban los apóstoles y la
manifestación del Espíritu Santo sobre todos los creyentes, así que su pecado
fue completamente premeditado creyendo que sería algo leve. Recordemos que
entre más gracias más obligación tenemos. Si su intención era no entregarlo
todo, han debido decirlo pero no engañar a Dios; al fin de cuentas la propiedad
y la plata les correspondía, pues entonces no hacerlo. Esto se lo dice claramente
Pedro a Ananías (v. 4).
La naturaleza del
hombre es pecaminosa y Dios es santo. La historia nos enseña que si decimos ser
cristianos debemos actuar como tal. Indudablemente Dios no le quita la vida a
todo el que le miente pero sí nos muestra la gravedad de dejarnos llevar por la
mentira, la avaricia, el orgullo y la vanagloria que es lo que se ve en los
esposos muertos. Como a Dios no lo engañamos hay que tener en cuenta que no
podemos llamar a lo bueno malo y a lo malo bueno. Siempre he creído que Dios no
se queda con nada guardado sean acciones buenas o malas. Por ahora se pueden
esconder muchos pecados delante de los hombres pero hay la certeza de un juicio
futuro donde todo saldrá a la luz (Isaías 5:20 y 29:15). El Señor desea una
grey pura y sin mancha alguna. Que esto nos sirva como lección y reflexión
sobre qué cosas le estamos mintiendo a Dios. Pecado es pecado y trae sus
consecuencias.
Amado Señor: Gracias
por tu Palabra que cada día nos instruye a través de tu Santo Espíritu. Te
pedimos perdón porque quizá en ocasiones nos hemos dejado llevar más por la
vanagloria y actuamos por darnos crédito ante el mundo dejándote a un lado, sin
reconocer que todo lo que poseemos: salud, dinero, talentos y aun crecimiento
espiritual te corresponden. Gracias buen Dios por mostrarnos esta realidad de
pecado.
Un abrazo y bendiciones.
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