El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida.
Salmo 121:7.
Lectura: Salmo
121:1-8. Versículo del día: Salmo 121:7.
MEDITACIÓN DIARIA
¡Bendita Palabra del
Señor! Siempre está ahí lista para
animarnos y también como dice Timoteo: para enseñarnos, reprendernos,
corregirnos y para educarnos rectamente (2 Timoteo 3:16). Por ahora me voy por
el lado de animarme porque creo que precisamente el Señor sabe qué es lo que
necesitamos y en el momento exacto nos lo da. Así que este Salmo 121 me
reconforta, me levanta y me inspira a continuar sin desmayar porque “Mi ayuda
proviene del Señor, creador del cielo y de la tierra” (v. 2). Y es que el Señor
no me protege de una sola cosa, aquí dice que “de todo mal”; en todos mis
peligros está presente para tenderme la mano y ponerme a salvo. Me cuida en mi
salida de casa como en mi regreso; va por el camino a mi lado ahora y siempre
por donde quiera que vaya (v. 8). O sea, que si me pierdo o me desvío no debo
temer, porque mi mejor guía y amigo estará allí acompañándome.
La protección de Dios
es una dádiva más de la que gozamos los cristianos, “a quienes el poder de Dios
protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en
los últimos tiempos. Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de
que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo” (1 Pedro
1:5 y 6). ¡Qué tranquilidad me da saberlo mi Señor!
Gracias Señor por tu
protección que jamás nadie podrá arrebatarme y de la cual soy privilegiada de
tener desde el mismo momento en que nací de nuevo Contigo, hasta que decidas
llevarme a tu presencia. Gracias porque saber esto es motivo de sosiego, paz y
alegría en mi vida. No quiero volver a dudar jamás de tu protección. ¡Te amo
Señor por tu inmensa bondad y misericordia derramada sobre mí!
Un abrazo y
bendiciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario