No tendrías ningún poder sobre mí si no se te hubiera dado de arriba —le contestó Jesús.Juan 19:11.
Lectura: Juan
19:1-16. Versículo del día: Juan 19:11.
MEDITACIÓN DIARIA
Jesús ya estaba
sentenciado a morir y Pilato queriendo hacer cualquier cosa para no sentirse
culpable, desea que el Señor hable y ante su silencio, toma como defensa su
posición romana: “¿No te das cuenta de que tengo poder para ponerte en libertad
o para mandar que te crucifiquen?” (v. 10). Ante esto Jesús le responde que no
tendría ninguna autoridad sobre Él si Dios no se lo hubiera permitido.
Nosotros muchas veces
nos amilanamos ante un superior o persona en cargo de preeminencia porque no hemos
aprendido a comprender que estas personas están ahí solamente porque Dios las
ha puesto y que nosotros somos también parte de la mejor élite real. Nuestro
Salvador no es un Rey cualquiera, es el Rey de reyes y Señor de señores. Nunca
tenemos que despreciar nuestra condición y menos sentirnos disminuidos o
insignificantes. Nuestra residencia verdadera es el mejor palacio existente e
incomparable. Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo (Romanos
8:16-17). Somos linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que
pertenece a Dios (1 Pedro 2:9). No existe ningún linaje que nos dé la talla
porque somos exclusivos de Dios. ¿Qué más podemos pedir?
Amado Señor: gracias
porque tu sacrificio no fue en vano. Viniste a darnos vida contigo desde aquí
en este peregrinaje, para después llevarnos hacia tu reino y morada
eterna. Allí nos espera la patria celestial
donde estaremos por siempre a tu lado, gozando de calles de oro adornadas con las
más finas piedras preciosas. Muchas gracias por esa casa que nos tienes
preparada. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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