Jesucristo es la piedra que desecharon ustedes los constructores, y que ha llegado a ser la piedra angular. De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos.Hechos 4:11-12.
Lectura: Hechos
4:1-22. Versículos del día: Hechos
4:11-12.
MEDITACIÓN DIARIA
El pueblo judío desechó
esa preciosa piedra. Desechó al Mesías prometido del que hablaron los profetas
y hombres como Moisés y David. Por eso dice el Evangelio de Juan: “Vino a lo
que era suyo, pero los suyos no lo recibieron” (Juan 1:11). Su mensaje de
salvación entonces, comenzó a propagarse por todo el mundo y ahora los gentiles
convertidos a Él somos su pueblo. ¡Qué amor tan grande nos ha dado el Padre, al
darnos a su Hijo Jesús para venir a morir por nuestros pecados! El Señor
Jesucristo vino a salvar a la humanidad.
Pedro, aquel apóstol que
lo negó, por el poder del Espíritu Santo en él, comienza su ministerio con esta
Palabra que es muy clara: “De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no
hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser
salvos”. No lo hay; no hay otro camino que nos conduzca a la vida eterna.
Jesucristo es el único camino (Juan 14:6). El Señor Jesús es la piedra más
preciosa y piedra de sumo valor para los que creemos en Él (1 Pedro 2:7).
Ya que estamos
recibiendo su Palabra, no nos hagamos de oídos sordos. Aceptemos esa preciosa
piedra, porque seguro no habrá otra igual.
Amado Señor Jesús:
Gracias porque si no hubieras venido no habría salvación para la humanidad y nosotros
no hubiéramos tenido la oportunidad de conocerte. Reconocemos Señor que no hay
bajo el cielo otro nombre sino el Tuyo para alcanzar la vida eterna. Gracias
por tanto amor ofrecido. Eres la piedra más valiosa del mundo; el mejor tesoro
encontrado. ¡Te amamos Señor!
Un abrazo y
bendiciones.
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