Si tú no le hablas al malvado ni le haces ver su mala conducta, para que siga viviendo, ese malvado morirá por causa de su pecado, pero yo te pediré cuentas de su muerte.Ezequiel 3:18.
Lectura: Ezequiel
3:1-27. Versículo del día: Ezequiel 3:18.
MEDITACIÓN DIARIA
Estas fueron las
palabras directas de Dios al profeta Ezequiel, cuando le ordenó ir Tel Aviv, a
orillas del rio Quebar, adonde estaban los israelitas exiliados. La Palabra de
Dios es una sola y a veces no nos gusta lo que está escrito, pero no por eso,
dejará de cumplirse. Sé que es muy duro este versículo y le preguntaba al Señor
si debía escribir sobre él y el Espíritu Santo me hizo entender que si he
venido hablando seguido de llevar el mensaje de salvación, no podía dejarlo por
fuera por duro que me pareciera. Muchos dirán que es del Antiguo Testamento;
que era exclusivo para el pueblo de Israel, etc., pero lo cierto es que está en
su Palabra, y: “La suma de Tu palabra es verdad, Y eterna cada una de Tus
justas ordenanzas” (Salmo 119:160 NBLH). Su Palabra va desde Génesis hasta el
Apocalipsis y fijémonos que el versículo referido nos afirma que sus órdenes
son eternas. Lo tomé de la Biblia para los hispanos porque estaba más
explicativo. Así que no hay vuelta de hoja: está escrito y así es.
Es un duro llamado para
nosotros los cristianos quienes tenemos la obligación de ir al pecador y con el
mismo amor y misericordia dejada por el Señor Jesús, hacerle ver que necesita
un Salvador, un Redentor para alcanzar la vida eterna. Si no lo hacemos, se nos
pedirá cuentas al respecto, pero si cumplimos miremos lo que dice: “En cambio,
si tú se lo adviertes, y él no se arrepiente de su maldad ni de su mala
conducta, morirá por causa de su pecado, pero tú habrás salvado tu vida” (v. 19
en la lectura).
El llamado es a obedecer
el mandato del Señor Jesucristo, de ir por todo el mundo a cumplir la gran
comisión (Mateo 28:19-20). Así que nosotros vamos; “El que quiera oír, que
oiga; y el que no quiera, que no oiga” (v. 27 en la lectura).
Amado Señor Jesús: Te pedimos
perdón porque en muchas ocasiones nos ha faltado valor para hablarle al mundo
de Ti; de lo que viniste a hacer por cada uno y del precio que ya pagaste por
su rescate. Queremos obedecer tu Palabra e ir hacia el pecador para que tenga la
oportunidad de arrepentirse; hacerle ver que deseas para él una nueva vida
contigo y el derecho a la vida eterna que solamente Tú puedes ofrecer. Danos
todo el poder de tu Santo Espíritu para que nos llenemos de su fortaleza y
valentía y podamos en tu Nombre compartir el mensaje de las Buenas Nuevas de
salvación. ¡Gracias bendito Señor!
Un abrazo y bendiciones.
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