lunes, 11 de abril de 2016

Renovándonos día a día en su amor para servir



No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.
Romanos 12:2


Lectura: Romanos 12:1-21.  Versículo del día: Romanos 12:2.



MEDITACIÓN DIARIA

La lectura habla de no conformarse ni seguir lo que dice el mundo; más bien empezar a actuar acorde con lo que somos en Cristo. Cada uno tenemos diferentes dones (vv. 6-8), que es necesario comenzar a practicar basados en el amor y ponerlos al servicio del Señor.
Aquí hay un punto que para mí es importante analizar: Es bien cierto que la tecnología nos trae comunicación instantánea y está tan avanzada como nunca antes la tuvimos, pero no por esto, tenemos que dejar de frecuentar el amor entre los hermanos e incluso con nuestros familiares, porque de lo contrario ¿qué testimonio les estamos dando a ellos? Con esto me refiero a lo necesario que es estar en comunión unos con otros; no simplemente haciendo un ‘clic’ y mandando un mensaje. Sin duda alguna es muy significativo cuando se está lejos; pero en lo posible no dejemos de mirarnos cara a cara para dar un abrazo y nuestro hombro para consolar; de reír cuando se ríe y de llorar cuando se llora. Demostrar el amor es básico en los cristianos porque Dios es amor y el que no ama no ha conocido a Dios. Es el amor, el que nos permite ser amables, hospitalarios, compartir alegrías y sufrimientos por igual. Es el amor el que nos enseña a hacer el bien y no a tomar venganza por nosotros mismos. Es el amor el que en últimas nos permite vivir en paz con los demás (vv. 9-16).
Entonces la Iglesia tiene que aprender a ser una; un solo cuerpo y es ahí donde a cada hermano le corresponde manifestar el don que Dios le ha regalado (Efesios 4:1-7). Nuestra mente se renueva a medida que conocemos lo que dice el mensaje del Señor; lo que está escrito en su Palabra. Y la Escritura nos dice que hasta que todos lleguemos en la unidad de la fe, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo (Efesios 4:13).
Aprendamos a transformarnos diariamente amando como el Señor nos amó. Creo que de este modo conoceremos la buena voluntad de Dios para cada uno de nosotros.

Amado Señor: Enséñanos a renovarnos de tal manera que cada nueva mañana nos asemejemos más a Ti. Queremos ser como Tú para reflejar al mundo tu amor. Gracias por enseñarnos como Iglesia, a ser uno solo contigo, dando de sí, lo que tenemos para compartirlo. ¡Te amamos Señor!

Un abrazo y bendiciones.
 

No hay comentarios: